A partir de esta semana, el gobierno de Estados Unidos negará visas a las parejas de diplomáticos y funcionarios extranjeros –eso incluye a personas del mismo sexo–, exigiendo que se casen antes de que finalice el 2018 o tendrán que abandonar el país.

Personal de la ONU, embajadas e incluso militares extranjeros en bases norteamericanas se ven afectados por la decisión de la administración del presidente Donald Trump, que ha sido justificada como una adecuación a sus prácticas internacionales.

A pesar de que desde 2009 las parejas de diplomáticos del mismo sexo obtenían visas como miembros de la familia, aún sin estar casados, ahora, si no contraen matrimonio, al finalizar el año tendrán 30 días para dejar el territorio norteamericano.

Cabe resaltar que los funcionarios extranjeros temen que la medida aumente las dificultades en los países que no reconocen el matrimonio gay.