Los XIX Juegos Olímpicos de México 68 estuvieron marcados por récords deportivos — se rompieron 22 en atletismo— y por hechos inéditos que sacudirían la historia de México y el mundo como se conocía hasta entonces, en tecnología, en equidad de género, en geopolítica y en derechos humanos.
Fueron los primeros Juegos en transmitirse por televisión a todo el planeta; por primera vez una mujer encendió el pebetero olímpico; Alemania participó con dos representaciones, la RDA y la RFA, y Sudáfrica fue excluida; hubo un desafiante rechazo al racismo en Estados Unidos: los puños enguantados de negro y en alto de atletas arriba del podio de premiación se viralizaron desde el Estadio Universitario, cuando las redes sociales no eran ni un sueño, y se convirtieron en un símbolo global que sigue vigente.
La justa deportiva fue sui géneris debido a la convulsión política que desató el movimiento estudiantil en México y la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, diez días antes de la inauguración; sin embargo, la justa deportiva terminó exitosamente; los efectos de la Guerra Fría que calentaban al mundo, y de la guerra de Vietnam, que estaba en pleno apogeo, tampoco influyeron en su desarrollo.
Los Juegos Olímpicos de hace 50 años están inscritos en la historia, también, porque van de la mano de un hecho que entonces en el mundo ya no tenía marcha atrás: la liberación femenina.
Y mientras México capturaba la atención mundial, la leyenda de John, George, Paul y Ringo seguía agigantándose internacionalmente con Hey-Jude y Revolution. En México, Roberto Jordán cantaba Los juegos de Simón y Raphael, Yo soy aquel.
Y la gimnasta Vera Cáslavská y Josef Odlozil saltaron del escenario deportivo al altar para casarse en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
Los XIX Juegos Olímpicos de México 68 terminaron el 27 de octubre de 1968,pero la historia para llegar a lo que se convirtió en un festivo y colorido escaparate para un país en vías de desarrollo había empezado a recorrerse 20 años antes.