Pocas horas después de ser detenidas en una estación de la Patrulla Fronteriza en Texas, dos jóvenes hermanas guatemaltecas denunciaron que un agente las manoseó sexualmente.
El agente negó las acusaciones, insistió en que sólo les había tomado las huellas dactilares a las dos adolescentes antes de escoltarlas de regreso a su celda.
Se abrió una investigación y se determinó que era la palabra de las chicas contra la palabra del agente. Y como ocurre con muchos casos similares, los investigadores fallaron a favor del agente.
Activistas dicen que ese caso, detallado en un reporte compilado por investigadores de la Patrulla, demuestra los obstáculos que deben superar los inmigrantes cuando presentan denuncias de conducta indebida, incluso cuando lo hacen inmediatamente como hicieron las jóvenes guatemaltecas.
“En realidad, relativamente, estas jóvenes tuvieron suerte que su caso siquiera fue investigado”, dijo Christina Mansfield, cofundadora del grupo activista Freedom for Immigrants. “Eso casi nunca ocurre”.
Las hermanas, de 17 y 19 años, entraron a Estados Unidos ilegalmente en julio del 2016, varios días después de partir de su aldea natal en Guatemala. Fueron detenidas por la Patrulla Fronteriza poco después de cruzar.
La AP recibió una copia editada del reporte de la investigación mediante una solicitud bajo la Ley de Libertad de Información. El documento demuestra que las autoridades determinaron que las denuncias de las jóvenes no pudieron ser corroboradas por falta de pruebas.
La estación de la Patrulla Fronteriza donde las hermanas fueron detenidas no tiene cámaras en la sala de registros. La habitación a la que las jóvenes dicen ser llevadas, al parecer un compartimiento de suministros o un closet, no fue inspeccionada en busca de huellas dactilares porque según las jóvenes ellas no tocaron nada allí. El agente acusado dice que estaba solo con ellas debido a falta de personal.
Activistas a favor de los inmigrantes dicen que la Inspectoría General del Departamento de Seguridad Nacional, que revisó el caso de las jóvenes, rara vez recomienda sancionar a un oficial. Un estudio del grupo Freedom for Immigrants halló que entre enero de 2010 y julio de 2016, la inspectoría general recibió 84 denuncias de contacto sexual inapropiado contra agentes del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza, que incluye la Patrulla Fronteriza. La inspectoría abrió solo siete investigaciones, ninguna de las cuales derivó en acusaciones penales, según el estudio realizado en base a documentos oficiales.
La averiguación halló además que una cantidad muy baja de casos eran investigados por la inspectoría general en centros de detención del Servicio de Inmigración y Aduanas.
La entidad se negó a hablar específicamente del caso de las hermanas guatemaltecas, o revelar si el agente involucrado fue sancionado. Solo dijo que siempre trata a los inmigrantes “con profesionalismo y cortesía”.
Las autoridades migratorias detienen y procesan cada mes a miles de personas que cruzan ilegalmente la frontera de Estados Unidos. La directora de la Patrulla Fronteriza Carla Provost dijo en una reciente entrevista que su agencia se toma “muy, muy seriamente” cualquier denuncia contra sus 19.000 agentes. Previamente Provost era la directora del departamento de asuntos internos de la entidad, que investiga denuncias de conducta inapropiada por parte de los empleados.
Las denuncias, aseguró Provost, “son muy pocas e infrecuentes”.