La ONG Centro Prodh reveló 29 casos en los que detectó encubrimiento o participación directa de agentes de la Procuraduría General de la República (PGR), que participaron en tortura sexual contra mujeres detenidas por distintos delitos.
Dichos casos, puntualizó, están en total impunidad.
Al presentar este miércoles el informe “Mujeres con la frente en alto. Informe sobre la tortura sexual en México y la respuesta del Estado”, la organización detalló que en los últimos cuatro años se ha conocido de más de 110 casos de mujeres sujetas a procesos penales que dijeron haber sobrevivido a diversas formas de tortura sexual.
Para el informe, se retomó la historia de 29 de ellas, quienes fueron privadas de la libertad al ser acusadas de haber cometido delitos que generan un alto rechazo social. Con base en sus testimonios confirmó que la tortura sexual es perpetrada con excesiva frecuencia por parte de las fuerzas de seguridad civiles y castrenses, a razón de 4 mujeres por cada hombre.
“Instancias académicas y organizaciones de la sociedad civil han evidenciado que la recurrencia de la tortura sexual en mujeres es hasta cuatro veces mayor que en hombres; que ocurre sobre todo en los casos de mujeres detenidas y que es susceptible de ser cometida por las fuerzas de seguridad civiles o castrenses de los diferentes niveles de gobierno a lo largo de todo el país”, advirtió la ONG.
Consultada por el diario El Universal, la investigación señala que en 27 de los crímenes se utilizó la figura de la flagrancia para justificar la detención, sin un soporte probatorio.
Las mujeres no fueron puestas a disposición de la autoridad de manera inmediata, ya que las retenciones se prolongaron entre seis y 72 horas.
“En todos los casos documentamos encubrimiento o participación directa de agentes del Ministerio Público de la PGR, principalmente de SEIDO, respecto de los actos de detención arbitraria, retención prolongada e injustificada y tortura sexual”, acusó el Centro Prodh.
En el texto de 365 páginas se muestra que en 16 casos hubo violación, 12 de ellas, tumultuarias; en otros 11 la víctima fue amenazada con ese acto.
Dos de las mujeres fueron violadas frente a sus familiares y quienes estaban embarazadas también fueron amagadas con interrumpir su gestación de forma deliberada.
En 28 de 29 casos las mujeres sufrieron abuso sexual mediante tocamientos o fueron obligadas a desnudarse frente a sus agresores, además de que varias fueron fotografiadas o grabadas e incluso una de ellas sufrió mutilación genital.
“Me gustaría que mediante nuestros testimonios pueda darse a conocer la forma en cómo trabajan las autoridades, ya que somos muchas mujeres que hemos sido víctimas de tortura”, expresó Diana Lizeth Nery Aguilar, una de las víctimas que compartió su historia en el informe.