La Junta Directiva del Barcelona informó que el partido contra Girona FC, el cual se llevaría a cabo el próximo 26 de enero en Miami, no se llevará a cabo ya que se acordó “dejar sin efecto” su disposición de viajar a Estados Unidos para el juego.

A través de un comunicado el Barcelona dejó clara su disposición al viaje a Miami, aceptando que los beneficios del encuentro frente al Girona se repartieran entre los clubs de Primera y Segunda División.

Sin embargo, el club acabó desmarcándose al contemplar la imposibilidad de que todas las partes llegasen a un acuerdo beneficioso, con la Federación Española enfrentada a la Liga y la propia FIFA alineándose en contra del presidente de este ente, Javier Tebas.

El mandatario de la competición, quien lanzó la idea antes de conocer la disposición de los agentes implicados, acabó quedándose solo y ni sus proclamas al llevarse a cabo la final de la Copa Libertadores en Madrid sirvieron para cambiar el rumbo de una aventura condenada desde el mes de septiembre al fracaso.

El Barcelona mantiene su disposición a ser protagonista de la aventura, consciente de los beneficios que social y económicamente le provocaría, pero a la vista de los problemas surgidos estos últimos meses solventó este lunes dar un paso al lado.

La Liga, esta temporada, no jugará ningún partido fuera de España. Y será a través de una entente con la Federación, hoy utópica pero no imposible en el futuro, que pueda reconducirse la situación.

Falta por ver qué ocurrirá ahora con el contrato que en su día firmó Tebas con la multinacional de entretenimiento estadounidense Relevent, propietaria de la International Champions Cup, en un acuerdo que establecía jugar al menos un partido de Liga por temporada durante quince años.