El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó que, para combatir y aminorar el robo de combustible, 4 mil efectivos de las Fuerzas Armadas adscritos a la policías naval y militar tomaron el control de 58 instalaciones clave de Petróleos Mexicanos (Pemex) en las que antes los trabajadores sindicalizados “impedían el acceso a las propias autoridades” de la empresa.

Nada más se les informó a los dirigentes sindicales que Pemex, y no sólo Pemex, el gobierno federal y las Fuerzas Armadas, iban a cuidar instalaciones estratégicas, como se está haciendo. Y ya en este plan no hay ninguna zona reservada, ni ninguna área en la que no se pueda intervenir”, agregó.

López Obrador detalló que una de las zonas que tenían bajo control los trabajadores era la del monitoreo de combustible.

Un área que se intervino fue la de monitoreo, porque se comprobó que se estaban violando las normas. Hay un sistema para conocer la presión de los ductos. Y hubo un día en que no se procedió a cerrar válvulas, que era lo que se debió hacer.

Y ese día hubo una gran pérdida de combustible en un tramo de ductos. Y otro hecho es que se detuvo a un transportista que entraba y salía a una refinería, hay elementos”, dijo.

Aunque el tabasqueño sostuvo que no existen evidencias de que exdirectores de Pemex participen en el robo de hidrocarburos, es un hecho que “sí sabían” lo que pasaba al interior de la empresa paraestatal en las áreas de distribución de combustible y válvulas.

El mandatario destacó que, incluso hay registro de que un día se robaron mil 145 pipas, lo que demuestra que esta conducta criminal se apoya en un sistema de distribución de combustibles desde el interior de Pemex.

Porque no es fácil distribuir y vender 600 pipas diarias de gasolinas”, afirmó.