Un poderoso terremoto submarino sacudió el sur de Filipinas el sábado, provocando que la gente saliera corriendo de centros comerciales y edificios, y que las autoridades advirtieran a la gente que se mantuviera alejada de las playas en caso de que se produjera un tsunami.
Horas después del terremoto no se habían reportado víctimas ni daños importantes. El Centro de Alerta por Tsunamis en el Pacífico canceló su alerta por una posible ola gigante que podría haber afectado a las zonas costeras del sur de Filipinas e Indonesia.
El Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas dijo que el sismo de magnitud 7,2 ocurrió alrededor del mediodía a una profundidad de 59 kilómetros (37 millas). Su epicentro fue ubicado a unos 162 kilómetros (100 millas) frente a la costa de la provincia de Davao Oriental.
Los residentes sintieron varias réplicas más tarde, incluyendo una de magnitud 5,6, pero no se reportaron daños mayores, dijeron las autoridades.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés) informó que el movimiento tuvo una magnitud de 6,9.
Poco después del terremoto, el director del sismológico filipino Renato Solidum consideró improbable que ocurriera un tsunami debido a la profundidad del sismo y otros factores, aunque recomendó a los lugareños que como precaución evitaran las playas en la provincia de Davao Oriental y regiones cercanas durante dos horas posteriores al temblor.
El temblor se sintió en algunas zonas costeras del sur del archipiélago, incluso en la ciudad natal del presidente Rodrigo Duterte en la ciudad de Davao y en la cercana ciudad de Tagum. Los visitantes de un centro comercial, incluyendo niños que gritaban de miedo, salieron corriendo del inmueble de cinco pisos y muchos ocupantes de un condominio de 26 pisos en un distrito comercial abandonaron el edificio mientras el suelo temblaba.
La Agencia de Meteorología y Geofísica de Indonesia dijo que el movimiento telúrico carecía del potencial para causar un tsunami que azotara al país. Indonesia sigue recuperándose después de que un tsunami el 22 de diciembre, causado por una erupción en una isla volcánica, matara a más de 400 personas.
Filipinas e Indonesia se encuentran a lo largo del llamado Anillo de Fuego, un arco de volcanes y fallas sísmicamente activo en la cuenca del Pacífico.