Las autoridades chinas han «castigado» a un total de 223 funcionarios por no haber cumplido con su deber a la hora de intentar contener el brote de peste porcina africana que, desde su comienzo en agosto de 2018, se ha extendido a 23 provincias del país, informa hoy el portal de noticias económicas Caixin.

Según un comunicado publicado por una rama provincial del Partido Comunista de China (PCCh), 181 funcionarios de las regiones de Liaoning (noreste), 14 de Anhui (este) y 28 de Hunan (centro), han sido sancionados con deméritos, advertencias o, en algunos casos, despidos.

El proceso se llevó a cabo tras una investigación del Consejo de Estado (Ejecutivo) que descubrió que, en estas tres provincias, algunos funcionarios habían ignorado órdenes y prohibiciones y no habían cumplido con sus obligaciones.

En Liaoning, provincia donde se detectó el primer caso del brote, algunos trabajadores públicos postergaron la aplicación de medidas preventivas o incluso ocultaron información deliberadamente.

Las tres citadas regiones concentran el mayor número de casos en China.

La peste porcina africana, de alta mortalidad entre cerdos y jabalíes -la tasa puede alcanzar el 100 %, según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE)- pero inofensiva para humanos y otros animales, es una enfermedad hemorrágica altamente contagiosa que puede causar la muerte entre dos y diez días tras haber sido contraída.

El cerdo es una de las principales fuentes de alimentación del país asiático, que se sitúa como principal productor y consumidor mundial de carne de este animal.