La pantalla, disponible por el momento sólo en 65 pulgadas, viene acompañada de una caja que sirve de almacenamiento cuando está apagada. Al encenderse, sale de la caja y se desenrolla poco a poco hasta alcanzar su tamaño original.   

El prototipo de esta pantalla había sido presentado el año pasado en la misma feria de tecnología y ahora, LG asegura que la televisión está lista para llegar a mercado en algún momento de 2019. Algunos medios aseguran que podría ser tan pronto como marzo, mientras que otros señala que podría ser a mediados de año.

La pantalla está hecha con material OLED (leds orgánicos) que emite imagen de resolución 4K, muy brillante y de alto contraste como las que la empresa ya tiene en el mercado, y está «montada» sobre una caja rectangular de una altura inferior a un tercio de la del monitor.