Vicente Zambada Niebla, alias Vicentillo, hijo de Ismael El Mayo Zambada, afirmó que Joaquín El Chapo Guzmán no es su enemigo, pero su actividad en el narcotráfico no es una mito como pretender mostrar su defensa en el juicio que se le sigue al líder del Cártel de Sinaloa en Nueva York.
En la última de las tres jornadas de su testimonio contra el antiguo socio de su padre y tras 14 horas de declaración ante la Corte Federal del Distrito Este de la gran manzana, Zambada se despidió cordialmente de su “compadre Chapo” con un educado cabeceo, que el acusado correspondió. Probablemente esta sea la última vez que ambos exlíderes del cartel de Sinaloa se vean cara a cara.
“Mi compadre Chapo no es mi enemigo”, dijo afectado Vicentillo tras la acusación del abogado de la defensa, Eduardo Balarezo, de que la información que estaba aportando en el juicio lo convertía en adversario de Guzmán.
“Él sabía que testificaría (en contra) porque me declaré culpable cuando él estaba libre, con mi padre, y me comprometí a cooperar con la Fiscalía.
No veo el futuro y no sabía que mi compadre Chapo estaría aquí. No es mi enemigo”, insistió.
La defensa de El Chapo ha argumentado durante todo el juicio que El Chapo es en realidad un chivo expiatorio y sus actividades un suerte de mito para encubrir que El Mayo es en realidad el jefe del cártel.
“¿Sabe si el acusado es un narcotraficante real o un mito inventado que no trafica con drogas? ¿Es un líder poderoso del cartel de Sinaloa o un mito que vive escondido en la sierra y no hace nada?”, cuestionó la fiscal Amanda Liskamm.
“Es un traficante real que trabajaba con droga, un líder del cartel como mi papá”, respondió Vicentillo.
Durante el interrogatorio, en el cual llegó a descalificar a Zambada, Balarezo insistió en las conversaciones telefónicas de Vicentillo con El Mayo, a instancias de la DEA, en las que pidió a su padre que se entregara.
Así, el abogado de Guzmán Loera, remarcó el papel de mensajeros de los abogados de Vicentillo, que se reunían con su padre en la sierra de Sinaloa.
En tres días de testimonio, Zambada explicó también los contactos que El Chapo mantuvo con la DEA mientras estaba prófugo.