Un viejo avión militar de carga iraní Boeing 707 que transportaba carne desde Kirguistán se estrelló este lunes cuando intentaba aterrizar al oeste de Teherán, Irán, causando 15 muertos y un único sobreviviente, según las autoridades.

El siniestro fue el último desastre de la aviación en la República Islámica, que esperaba sustituir su envejecida flota gracias a los términos del acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales. Pero la decisión del magnate Donald Trump de retirar a Estados Unidos del pacto impidió la finalización de acuerdos millonarios entre Airbus y Boeing Co e Irán, lo que aumentó el peligro para los pasajeros de sus vuelos.

El aparato, que tenía la misma gama cromática que los de la aerolínea Saha, dependiente de la fuerza aérea iraní, realizaba un aterrizaje de emergencia a las 8:30 horas de hoy en el aeropuerto de Fath, controlado por la Guardia Revolucionaria paramilitar. El avión se salió de la pista, derribó una valla y se estrelló en un barrio residencial.

La televisora estatal iraní emitió imágenes de viviendas carbonizadas y del fuselaje de la aeronave en el vecindario. Además podía verse parte del tren de aterrizaje destrozado y pequeños fuegos en las inmediaciones.

El avión debía haber aterrizado en el aeropuerto internacional Payam, a unos 40 kilómetros al oeste de Teherán.

Las autoridades no revelaron de inmediato los motivos de la tripulación para aterrizar en Fath, que tiene una pista bastante más corta que la del otro aeródromo.

De las 16 personas que viajaban a bordo del avión, solo el ingeniero de vuelo sobrevivió, dijo Pirhossein Koulivand, jefe de los servicios médicos de emergencia iraníes. Según medios locales, se recuperaron nueve cadáveres de entre los escombros.

La fuerza aérea iraní señaló en un comunicado que el destino de la tripulación, incluyendo su posible “martirio”, estaba siendo investigado. No estuvo claro de inmediato quién es el propietario del aparato, aunque el general Gen Shahin Taghikhani, vocero del ejército, dijo a la televisora estatal que el avión y su tripulación eran iraníes.

Al parecer, el avión trasladaba un cargamento de carne desde Biskek, la capital de Kirguistán, a Irán. La República Islámica importa carne kirguí desde 2016, normalmente a través de Saha.