El número de muertos del ataque terrorista perpetrado este martes contra un lujoso complejo hotelero en el norte de Nairobi, capital de Kenia, se elevo a 14, mientras cuatro terroristas fueron abatidos.
Catorce vidas inocentes se perdieron (…) y otros resultaron heridos», confirmó el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, en un mensaje televisado dirigido a la nación.
El mandatario keniano aseguró que «todos los terroristas fueron eliminados» durante la operación llevada a cabo. Además, añadió que más de 700 personas tuvieron que ser evacuadas del complejo hotelero 14 Riverside, en el barrio de Westlands, en el norte de Nairobi.
El presidente dijo que las fuerzas de seguridad buscarían y arrestarían a todos aquellos que estaban involucrados en el ataque terrorista, ya sea financiando o facilitando a los terroristas.
Buscaremos a todas las personas que participaron en la financiación, planificación y ejecución de este acto atroz. Perseguiremos implacablemente donde sea que estén hasta que se les haga responsables «, aseguró Kenyatta.
Fuentes de la morgue de Chiromo, próxima al complejo hotelero, indicaron que han recibido 14 cadáveres y que se esperan más, informó la televisión keniana Citizen TV.
El Servicio Nacional de Policía de Kenia advirtió este miércoles que el lugar del suceso es aún «una escena de crimen bajo una activa operación de seguridad».
Hasta que no se declare segura, cualquiera que no esté activamente implicado en la operación debería evitar la zona», agregó la policía en su cuenta oficial de la red social Twitter.
El grupo yihadista somalí Al Shabab reivindicó este martes la autoría del ataque -a través de su portavoz Ali Dheere- en un mensaje emitido en su radio Andalus, en el que declaró: «Los no musulmanes son nuestro objetivo y vamos a matarlos allá donde se escondan de nosotros».
Kenia ha sido escenario de varios atentados por parte del grupo terrorista Al Shabab, como represalia por la presencia en Somalia del Ejército keniano, desde octubre de 2011, para combatir a los yihadistas.
- El peor atentado ocurrió en abril de 2015, cuando 148 personas murieron en el asalto a la Universidad de Garissa (norte de Kenia), cuyas instalaciones mantuvieron bajo su control durante 16 horas.