El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que México podría ayudar a la conciliación para la pacificación de Venezuela siempre y cuando ambas partes lo soliciten.

En conferencia de prensa en Palacio Nacional señaló que si se ponen de acuerdo y apuestan realmente al diálogo y a buscar una solución pacífica, México, como en otras ocasiones, en temas de política exterior, serviría como intermediario, como conciliador para buscar una salida pacífica a la crisis política, social y económica que atraviesa el país sudamericano.

No la imposición, no la fuerza, no la decisión de la hegemonía, sino con el diálogo”, pues consideró que se debe pensar en el pueblo de Venezuela y evitar la violencia.

Señaló que el papel mediador de México ya fue fijado por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores en torno a que se respetará la Constitución en el Artículo 89, que establece con claridad cuál debe ser la política exterior apegada a principios de no intervención, de autodeterminación de pueblos, de solución pacífica de controversias, el diálogo y la defensa de los derechos humanos.

López Obrador reiteró que con estos principios se estará actuando y siempre se procurará tener buenas relaciones con todos los pueblos y gobiernos del mundo y en este caso, el tema lo está tratando esa dependencia y, en ese sentido, dijo que el canciller Marcelo Ebrard, cuenta con todo el respaldo.

Respecto a lo que establece la Constitución, señaló, México tiene una historia importante en cuanto a política exterior, apegada a principios y eso continuará.

Si en algún tiempo se desviaron de esos principios, su gobierno no lo hará y no actuará violentando, trasgrediendo principios constitucionales de política exterior”, subrayó.

Reiteró que el diálogo es lo mejor en todos los casos y no se debe de tomar partido, sino buscar una solución pacífica a estos conflictos, por lo que en caso de solicitar ayuda se está en la mejor disposición de hacerlo para que haya diálogo y sin uso de la fuerza y sin violencia, se resuelvan los problemas sin descartar la legalidad y la democracia.

En este sentido, dijo, Ebrard tiene instrucción para apoyar en la medida de nuestras posibilidades sin injerencia, en el conflicto porque esto tiene que ver con una tradición histórica de México en política exterior de no intervención en asuntos de otros pueblos y naciones porque no se quiere que ninguna hegemonía de ningún gobierno extranjero intervenga en asuntos que solo corresponden a mexicanos.