El choque político de Venezuela se trasladó este sábado a la sede de Naciones Unidas, donde una reunión del Consejo de Seguridad convocada por Estados Unidos enfrentaba a los partidarios del presidente Nicolás Maduro contra el gobierno de Trump y los partidarios del autoproclamado líder interino del país, Juan Guaidó.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, habló ante los reunidos antes de que lo hiciera el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Jorge Arreaza, y los demás miembros del consejo, entre los que se encuentran los partidarios de ambos presidentes en pugna.

Pompeo exhortó a todos los países a apoyar al pueblo venezolano que está tratando de liberarse -dijo- del “estado mafioso e ilegítimo” de Maduro. Pompeo dijo que todos deben de respaldar al líder del Congreso Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.

La “situación humanitaria (en Venezuela) exige acción ahora”, dijo Pompeo.

Agregó que nueve de cada 10 ciudadanos venezolanos viven en la pobreza y que tres millones se han visto obligados a salir de su país para forjarse un mejor futuro. Esta situación ha puesto en riesgo la paz internacional y seguridad, añadió.

Pompeo acusó a Rusia y China de tratar “de ayudar a Maduro mientras él está en aprietos… con la esperanza de recuperar miles de millones de dólares en inversiones y ayuda mal planeadas que han hecho a lo largo de muchos años”.

Sin embargo, Pompeo dijo que ningún país ha hecho más para mantener “las condiciones de pesadillas del pueblo venezolano” que Cuba, que -según dijo- ha enviado “matones de seguridad y espionaje” para respaldar a Maduro.

Es tiempo de que los países tomen un lado, puntualizó. “O están con las fuerzas de liberación, o están alineados con Maduro y su caos”, dijo, antes de llamar a todos los países a romper transacciones financieras con el régimen de Maduro.

La sesión centrada en la crisis de Venezuela se celebra un día después de que Guaidó prometiera permanecer en las calles hasta que su país tenga un gobierno de transición, mientras Maduro acusaba a sus oponentes de orquestar un golpe de Estado.