“Cuando me desespero, recuerdo que a través de toda la historia, los caminos de la verdad y del amor siempre han ganado. Ha habido tiranos y asesinos y por un tiempo pueden parecer invencibles, pero al final, siempre caen. Pienso en esto… siempre”.

– Mahatma Gandhi

Mohandas Karamchand Gandhi es ampliamente reconocido como uno de los más grandes líderes políticos y espirituales del siglo veinte. Honrado en la India como el padre de la nación, fue pionero y practicó el principio de Satyagraha: la resistencia a la tiranía a través de la desobediencia civil masiva no violenta.

Su influencia moral sobre el desarrollo de las conversaciones que prepararon la independencia de la India fue considerable.

Una vez conseguida la independencia, Gandhi trató de reformar la sociedad india, empezando por integrar las castas más bajas y por desarrollar las zonas rurales. Desaprobó los conflictos religiosos que siguieron a la independencia de la India, defendiendo a los musulmanes en el territorio indio.

El 30 de enero de 1948 el integrista hinduista Nathuram Godse disparó tres veces a quemarropa al líder de la lucha pacifista cuando éste iba a dar un discurso ante una multitud en el jardín del palacio delhí en el que vivía y hoy convertido en museo.

Previo a su muerte el líder espiritual colocó una mano en puño y la otra en su mejilla en señal de perdón a su asesino.

Godse, asesino confeso, y su colaborador Narayan Apte, que siempre insistió en su inocencia, fueron ejecutados por la muerte de Gandhi el 15 de noviembre de 1949.