Cataluña está fagocitando a toda España, escindiendo dos posturas claras entre el bloque de las izquierdas y el bloque de las derechas; el primero quiere el diálogo con los independentistas y encontrar una solución política al atolladero; mientras el segundo, quiere que la Constitución, las leyes y las instituciones se impongan por encima de todo.
Si el presidente Pedro Sánchez ya dejó claro que “con la Constitución todo, sin la Constitución nada”, el Partido Popular en voz de su líder Pablo Casado ofrece que, de llegar a la Presidencia, instaurará otra vez el artículo 155 contra Cataluña.
En esas divisiones, hace unos días el PP presentó en el Congreso una proposición de ley para penalizar a aquellos que convoquen referéndums ilegales… que no prosperó porque todos los legisladores del PSOE le dieron la espalda.
No hay un punto de convergencia claro entre los diversos grupos políticos, todos los partidos llevan su calculadora en el bolsillo haciendo sus respectivos cálculos.
El PSOE, dicen las encuestas preliminares, ganará las elecciones generales del 28 de abril, sin embargo, Sánchez “no logrará ser investido como presidente” porque los partidos Ciudadanos, Vox y Partido Popular votarán en su contra.
En la actualidad, el PSOE tiene 85 escaños y el 28 de abril obtendría hipotéticamente hasta 119 curules; el PP tiene 137 escaños y se anticipa que perdería varios hasta quedar en 97; Ciudadanos de 32 pasaría a 60 escaños; Unidos Podemos de 71 a 32 y por vez primera, la ultraderecha lograría tener representación en las Cortes, con Vox conquistando alrededor de 16 escaños.
De confirmarse estas previsiones, si suman PP, Ciudadanos y Vox, la calculadora arroja 173 escaños, aunque Sánchez ganase el voto de los españoles en las urnas, paradójicamente no contaría con la aritmética a su favor para investirse en el Parlamento.
A COLACIÓN
El líder socialista se lo juega todo a cara o cruz y podría terminar siendo el mayor damnificado con el gobierno más corto de la historia de la democracia, un poco más de ocho meses, y el que llegó a la Moncloa gracias a una moción de censura.
Para el escritor Marius Carol, el presidente Sánchez no es un político que tenga mal de altura, porque es capaz de arriesgar y eso es lo que hizo convocando elecciones generales el 28 de abril.
“Tiene su mérito porque las encuestas de un tiempo a esta parte producen casi tanto vértigo como los precipicios. Sánchez podría seguir gobernando con los presupuestos de Mariano Rajoy hasta el 2020, pero finalmente ha decidido anunciar elecciones”, añade.
Carol explica que la fecha elegida tiene sus ventajas para el PSOE: “A las fuerzas de la derecha les coge demasiado pronto, sobre todo al PP de Casado, en fase de formación, con Vox restándole clientela y al independentismo le pilla sin demasiadas ganas con el juicio por el 1 de octubre lejos de la conclusión. El líder socialista piensa que es el momento de situarse en la centralidad política y ocupar este espacio que otros han abandonado”.
¿Corre riesgo España de italianizarse políticamente hablando? En opinión de Antonio Caño, es imprescindible ser más conscientes de la fragilidad de la democracia y del enorme sacrificio que ha costado alcanzarla.
El ex director de El País cita la lectura de Democracy and Dictatorship in Europe, de Sheri Berman, un libro que explica “el doloroso y larguísimo tránsito que Europa tuvo que atravesar para superar siglos de absolutismo, autoritarismo y radicalismo” hasta llegar a un sistema mayoritario de convivencia pacífica y democrática.
Para Caño, nada ha degradado más la democracia en España que el surgimiento de un nacionalismo radical en Cataluña: “Que como en el caso de Trump, otro nacionalista, ha menoscabado el valor de la verdad, ha ignorado la función crítica de los medios de comunicación ha dividido a la sociedad, ha menospreciado a sus adversarios, ha señalado enemigos externos y se ha burlado de la justicia y de las leyes”.
Cataluña está fagocitando a España. La corrupción está lubricando a partidos de minorías. La crispación social y la polarización política está atrayendo a ciertas masas enojadas a ubicarse en lo más radical de cada polo político. Votar con las vísceras es malo.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales