Fue el pasado miércoles que el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, publicó un manifiesto sobre el futuro de la compañía, donde asegura que de aquí en adelante pondrá su foco en la privacidad de los usuarios.
Zuckerberg define el camino que pretende seguir a futuro, detallando que el formato de compañía que creó hace 15 años estaba basado en un modelo de privacidad que ahora resulta cuestionable y dañino.
Es por los constantes escándalos en esta materia que lo han puesto en el centro de la polémica que Zuckerberg está planteando lo que él ve, como una nueva necesidad en el mercado que pretende satisfacer con modificaciones a su plataforma y sus otros productos.
Explicó que tienen que haber dos tipos de redes sociales: una más publica y otra más privada, que compara con una sala, donde las personas puedan moverse en un plano más íntimo.
La red social iniciada por Zuckerberg e Instagram serían las “plazas” o lugares públicos, mientras que WhatsApp y Messenger entrarían en la categoría de “intimidad”. Zuckerberg pretende comenzar a explorar con la ya anticipada integración de los mensajes de WhatsApp, Messenger e Instagram.
Esta apuesta por la privacidad tendrá un costo para el empresario, ya que planes como el cifrado de extremo a extremo, o la simple idea de dar un mayor control sobre sus datos a las personas dificultaría que Facebook recopile la información del usuario en la que se basa su modelo de negocio, y es que la compañía obtuvo $55,8 mil millones de dólares en ingresos en 2018, la mayor parte de los cuales consiguió por publicidad.
Esto hace cuestionar el verdadero interés de Facebook por una apuesta enfocada en la privacidad, más aún cuando Zuckerberg se muestra consiente de los riesgos financieros.
En ese sentido, pese a que el CEO dijo que la empresa “no está ocupando mensajes para dirigir avisos”, Zuckerberg confía que podrá mantener sus ganancias gracias a su nueva aplicación, a la que las personas se sumarían inmediatamente motivadas por la necesidad de mayor privacidad.