Forma parte de esas joyas de la bibliofilia, que después se convierten en un patrimonio invaluable conforme pasa el tiempo, inclusive incrementan su valor tangible e intangible.

La nueva edición especial de El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo, además de ser de lujo contiene nuevos elementos que dotan a la obra de una inacabable trascendencia y belleza literaria.

Bajo el sello de la española Liber Ediciones, cuyo editor es Juan J. Izquierdo, se ha conjuntado a magníficos y reconocidos profesionales respetados por grandes bibliófilos: Mauro Armiño, que aporta una nueva traducción, él es un escritor, crítico literario y teatral; el prólogo por cuenta de Ignacio Iturralde, filósofo y antropólogo social; el texto se completa con un estudio introductorio del doctor investigador y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ambrosio Velasco Gómez, quien, partiendo de la idea de la República como concepto que defiende Maquiavelo en su obra, nos hace un recorrido por las diferentes corrientes republicanas que se forjaron en Europa y en España, y cómo éstas, llegaron al Nuevo Mundo, hasta constituir los estados y repúblicas iberoamericanas actuales.

El libro que por primera vez habla del germen de la idea de las repúblicas iberoamericanas consta de 168 páginas, con 15 espléndidos grabados realizados por Manuel Alcorlo, Pedro Osés y Vicente Arnás.

Todo está majestuosamente cuidado: el papel de algodón realizado en un molino especial para Liber Ediciones; la tipografía Pradell fue diseñada por Andreu Balius para Liber Ediciones, en homenaje al tipógrafo Eudald Pradell, el creador de la tipografía Ibarra (impresor de la mejor edición del Quijote en cuatro volúmenes en el siglo XVIII).

Su precio es de 5 mil 100 euros, en moneda mexicana se trata de un total de  122 mil 400 pesos al tipo de cambio actual y lo hace accesible para cierta parte de público tanto especializado, como conocedor y sobre todo con medios económicos para obtenerlo; lleva, además, un testimonio notarial con el sello de la Comunidad Económica Europea.

La edición, encuadernada en un material de piel que simula la madera, consta de 195 libros, el 70% ha sido vendida en México bastante bien recibida con agrado y de forma exitosa; y próximamente saldrá a la venta en España.

¿Quién se ha acercado a esta edición especial? Eruditos, coleccionistas, amantes de los libros, gente que valora el arte del conocimiento y que por supuesto ostenta un nivel cultural, social y económico relevante.

La edición más popular de El Príncipe se encuentra en buena parte de las casas de los estudiantes de leyes, ciencias políticas, economía, sociología; y de muchos políticos que lo tienen como libro de consulta o hasta de cabecera.

Maquiavelo ha tenido la sapiencia de crear una obra imperecedera, escrita en 1513 tan inmortal, en la medida que las confabulaciones políticas tienden a hacer de los territorios sus huestes de ambición.

Para explicar más el interés de esta nueva edición, platiqué en exclusiva con Mauro Armiño; él  me comentó que la aportación actual ofrece una visión clarificadora del libro:  “Habla de su influencia sobre el republicanismo en los movimientos republicanos de Castilla y las germanías frente al poder de Fernando el Católico, y sobre el republicanismo iberoamericano, que ya está en germen en conquistadores como Alonso de la Veracruz o Bartolomé de las Casas, influidos por las lecciones impartidas por la escuela de Francisco de Vitoria desde la Universidad de Salamanca”.

A COLACIÓN

Lo que parece seguro, prosiguió Armiño, es que Maquiavelo tiene en mente la unidad de Italia, o de varias de esas repúblicas, fundiendo el nacionalismo de cada una en un organismo superior, “en un Estado que abarcase la península italiana. Estas intenciones quedan patentes en el estudio introductorio de Ambrosio Velasco”.

En opinión del investigador, al escribir Maquiavelo este ensayo acertó en su visión de la política como un entramado de fuerzas que jugaban unos papeles de poder sin atender a las valoraciones morales de sus actos. Para actuar políticamente, era necesario tener el poder a cualquier precio. Quizá sea este concepto de enfrentamiento entre poder y moral lo que sigue siendo actual.

Al respecto del término “maquiavélico” tan manido y utilizado a veces de forma peyorativa, recurrente o hasta como símil de perversidad en política,  Armiño explicó que es una simplificación del pensamiento del escritor florentino, hecha a partir de su propuesta: “El arte de gobernar eficazmente no tendría que preocuparse moralmente en cuanto a los medios. En aquella época, donde la moral era letra muerta para la acción política, empezando por la Iglesia y el papa Alejandro VI, fue tachada de escandalosa, cuando El Príncipe  era, sobre todo, una reflexión sobre la política y la manera en que ejercían el poder y la política los señores de las repúblicas y de la Iglesia en su tiempo”.

Tampoco tenemos que remitirnos al pasado para ver que, en la actualidad, se ejerce esa manera de entender la gobernación de los países, en la que priman los intereses económicos, pretextos populistas o nacionalistas de corto alcance por encima de cualquier otra consideración”, añadió el erudito.

Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales