La Fiscalía de la ciudad italiana de Prato (centro) abrió una investigación contra una maestra de 35 años después de que unas pruebas de ADN demostraran que el hijo que tuvo hace unos meses es de un alumno adolescente.
La familia se dio cuenta de que el adolescente vivía momentos de inquietud y nerviosismo y este acabó reconociendo que había mantenido relaciones sexuales con la profesora y que ella le había informado de que el hijo que acababa de tener era suyo.
La profesora daba clases particulares de inglés al joven a finales de 2017 y un año después tuvo un hijo que ahora las pruebas genéticas han atribuido al menor, que entonces tenía 13 años, según indicó la Fiscalía.
La mujer, que dio a luz en el otoño de 2018, fue interrogada el lunes durante tres horas para dar su versión de los hechos, aunque nada ha trascendido de su declaración.
Fue entonces cuando la familia del menor decidió denunciar a la docente, con la que mantenía una relación de amistad.