El Liverpool emula el milagro de Estambul y levante el 3-0 en contra del Camp Nou con un 4-0 que pasará a la historia. Dos goles de Origi y otros dos de Wijnaldum obraron el milagro de los ‘reds’ en Anfield ante el Barça.

Con el mismo once del partido de ida se presentó el Barça en Anfield ante un Liverpool golpeado por las bajas de Salah y Firmino. Sin embargo, el equipo de Klopp salió revolucionado al partido con el objetivo de hacer daño a su rival lo antes posible y lo consiguió. Tras un par de embestidas, un robo en campo contrario acabó con un remate en el interior del área de Jordan Henderson que Ter Stegen sólo pudo despejar tímidamente. Origi estuvo atento y remató el rechace del portero alemán a la red para hacer el 1-0 cuando corría el minuto 7 de partido.

Tras el tanto local, el ritmo del partido bajó y Messi tuvo un par de ocasiones para igualar la contienda antes de que Coutinho obligara a Alisson a realizar una parada de mucho mérito para evitar el empate. Pero los sustos no apaciguaron a los ‘reds’, que seguían probando a Ter Stegen comandados por un Mané omnipresente.

Los minutos pasaban y se hacía notar la baja de Salah, ya que el vértigo en el ataque del Liverpool que vimos en el partido de ida no podía ser replicado por Shaqiri y Origi. Un vértigo que sí tuvo el Barça en la última acción de la primera parte, con una contra que acabó en un uno contra uno de Jordi Alba ante Alisson que sacó bien el portero brasileño.

En el segundo acto el guion del partido siguió la misma línea. El Liverpool apretando arriba y su portero manteniéndolo dentro de la eliminatoria con intervenciones decisivas ante las contras del Barça. Y así fue hasta el minuto 54, cuando el partido entró en una nueva dimensión con el gol de Wijnaldum tras una gran llegada desde segunda línea. El equipo inglés se ponía a un tanto de forzar la prórroga, un gol que llegó en un suspiro.

De nuevo el holandés Wijnaldum iba a aparecer solo en el área para con un remate de cabeza preciso para no dar opción a Ter Stegen. El cruce se igualaba en Anfield a más de media hora para el final del partido. La pasión roja dinamitaba la renta azulgrana obligando al Barça a reconectarse con urgencia a la eliminatoria.

Pero con el 3-0 en el marcador los nervios inundaron el partido. El Barça veía planear el fantasma de Roma sobre su cabeza y el Liverpool no se acababa de creer que la final volvía a estar a su alcance. Messi reapareció para probar de nuevo a un Alisson inmenso mientras la prórroga se iba acercando inexorablemente.

Aunque Origi tenía otros planes. Con todo el Barça despistado antes del saque de un córner, Alexander-Arnold vio al belga solo en el primer palo y no dudó. Asistencia y definición del ex jugador del Lille para poner el 4-0. El resultado imposible se hizo tangible, el sueño se hizo realidad. El Liverpool estará en la final de Madrid el 1 de junio.