El gobierno de Francia prohibirá vasos, popotes y otros objetos de plástico de uso único en 2020, pagará a consumidores que lleven botellas de plástico a lugares de reciclaje y prohibirá la destrucción de productos no vendidos, como ya ocurre con los alimentos.
Dichas medidas figuran en un proyecto de ley para la economía circular aprobado este miércoles por el gobierno galo, el cual pretende aumentar significativamente el porcentaje de materiales reciclados, pero también incentivar la reparación.
“Queremos entrar en una economía del siglo 21, una economía en la que se consume menos, se consume mejor, se deja de producir para destruir y se favorece el reciclaje”, destacó la secretaria de Estado de la Transición Ecológica, Brune Poirson.
“Es bueno para el planeta, es bueno para la cartera de los franceses y además es justo”, añadió.
El objetivo es aumentar la tasa de reciclaje, que es sólo del 2 por ciento para tapices, del 3 por ciento para el cristal, del 26 por ciento para los envoltorios de plástico y del 58 por ciento para las botellas de plástico.
En el caso del plástico, el objetivo es alcanzar un 100 por ciento de reciclaje para 2025.
Lo que ya existe para las pilas, los neumáticos o los electrodomésticos se aplicará también para los artículos de reparación casera, los deportivos o las bicicletas.