Las nietas de Julie Brogan, de 9, 12 y 13 años de edad, pasan parte de cada verano en casa de los abuelos con vista al Lago de Michigan sobre las orillas de Sturgeon Bay, Wisconsin. Ahí disfrutan de actividades como remar sobre tabla de surf, nadar y hacer manualidades en el estudio de esta pintora profesional.
Sus experiencias reflejan lo que han encontrado los investigadores científicos: pasar tiempo con los nietos puede crear beneficios positivos en la salud. Pero hay una advertencia. La calidad es igual de importante que la cantidad.
«Ha sido un verano difícil, pero me siento muy bien teniéndolas en la casa, son muy atentas conmigo», dijo Brogan, de 74 años de edad, quien acaba de tener radiación para tratar un cáncer de mama no invasivo. «Estoy en un periodo de sanación y ellas realmente me ayudan mucho a lidiar con la situación«.
Un estudio de 2016 encontró que la mitad de los abuelos que participaban en la vida de sus nietos, por lo menos ocasionalmente, tenían una mayor probabilidad de seguir vivos cinco años más tarde, comparados con quienes no lo hacen. Y, en un estudio de 2014, los investigadores informaron que los abuelos que cuidaban a sus nietos un día a la semana tenían calificaciones cognitivas mayores que los que nunca los cuidan.
«Tener una conexión cercana una o dos veces por semana puede ser muy beneficioso, tanto para el estado de ánimo como para la salud», señala la Dra. Carolyn Kaloostian, especialista en geriatría en Pasadena, California, además de ser profesora clínica asistente de medicina familiar en la Keck School of Medicine de la Universidad del Sur de California. «Los estudios más importantes muestran que mientras que no resulte abrumador, las cantidades moderadas de responsabilidad y las actividades placenteras realmente ayudan de muchas maneras».
Kaloostian recomienda que los abuelos participen con sus nietos en actividades que resulten saludables para ambos, como, por ejemplo, volar una cometa, caminar en el parque o salir a correr a paso lento.
«Si podemos lograr que los abuelos se muevan, eso les mejorará la salud cardíaca y cerebral, así como el estado de ánimo«, agregó Kaloostian.
Parecería ser sentido común decir que es sano que los abuelos pasen tiempo con sus nietos. Sin embargo, Susan Kelley, profesora de enfermería y directora del proyecto Project Healthy Grandparents en Georgia State University, Atlanta, menciona que la calidad de la interacción es un factor crítico.
Los estudios indican resultados distintos en lo relacionado con personas que cuidan a los niños parte del tiempo… Algunos ven mejoras en la salud mental y otros indican que hay mayor estrés y más problemas de salud.
Kelly enfoca su trabajo en abuelos que de hecho crían a sus nietos, fenómeno creciente en los Estados Unidos.
Según los expertos, entre 2.5 y 3 millones de abuelos hacen el papel de padres, cosa que Kelley atribuye en gran medida a los problemas de salud mental, encarcelamiento y abuso de substancias, que se han visto sido generados por la epidemia del uso de opioides.
«Va más allá de vestir a los niños y darles de comer», dijo Kelley. «Los abuelos están lidiando con su propio trauma emocional debido a que las cosas no van bien en la vida de alguno de sus hijos adultos«.
Eso puede conllevar un precio en la salud de los abuelos.
Un estudio publicado en junio en el The Review of Economics of the Household (un boletín de la economía del hogar) informó que los abuelos que cuidan a niños diez horas adicionales al mes, tienen mayores probabilidades de padecer síntomas de depresión tales como tristeza, pesimismo, insomnio, fatiga y dolor crónico.
El tema es parte de una creciente obra de investigación que está demostrando que los abuelos con funciones de custodia tienen niveles menos buenos de salud física y mental.
En el caso de Brogan, su fatiga reciente es secuela de la terapia de radiación. Aunque este verano no se mantuvo igual de activa físicamente con sus nietas como de costumbre, eso no le ha quitado a su entusiasmo de tenerlas de visita un largo tiempo.
«Interactuamos mucho. A veces físicamente y a veces en cosas más de la mente, es un intercambio de creatividad«, agregó Brogan. A menudo trabajan junto con ella en su estudio de arte, donde las chicas crearon recientemente unas «muñecas sanadoras» hechas con tela de batas de hospital viejas.
«Me encanta tenerlas aquí y definitivamente me mantienen activa de muchas formas».