Hay cosas que por muy increíble que parezcan acaban sucediendo. Es el caso, por ejemplo, de esta historia que nos sitúa en Port Aventura (Barcelona).

Allí un hombre fue capaz de atrapar en el aire el iPhone de otro ocupante de una montaña rusa al que se le había caído y que venía a una velocidad aproximada de 134 km/h.

egún RT, el habilidoso ciudadano se llama Samuel Kempf, quien se encontraba en Europa representando a Nueva Zelanda en el Campeonato Mundial de Faustball (Suiza). Cuando terminó se vino de vacaciones a Barcelona.

Una vez en tierra, Kempf devolvió el teléfono a su dueño, quien debe seguir sin creerse lo que ocurrió.