La novelista polaca Olga Tokarczuk y el escritor austríaco Peter Handke ganaron los premios Nobel de Literatura 2018 y 2019, respectivamente, un inusual anuncio doble tras no haberse entregado un galardón el año pasado debido a las acusaciones de abuso sexual que sacudieron a la reservada academia sueca que selecciona a los laureados.

La academia dijo este jueves que Tokarczuk fue reconocida por obras que exploran con ingenio lingüístico el “cruce de fronteras como una forma de vida”. La de Handke, en tanto, fue descrita como una obra que explora “la periferia y la especificidad de la experiencia humana”.

Tokarczuk es apenas la decimoquinta mujer que gana el Nobel de literatura en más de un siglo. De los 11 Nobeles anunciados hasta ahora esta semana, 10 de los galardonados han sido hombres.

Cada uno de ellos recibirá un premio en efectivo valorado este año en 9 millones de coronas (918 mil dólares), una medalla de oro y un diploma. Pero si los que otorgan el premio esperaban pasar este año sin polémica, probablemente terminen decepcionados.

Tokarczuk, de 57 años, es una de las escritoras más conocidas de Polonia, con creciente prestigio en el mundo de habla inglesa. La derecha nacionalista polaca la ha atacado — e incluso amenazado de muerte — por criticar aspectos del pasado del país, incluyendo sus episodios de antisemitismo. También es una fuerte crítica del gobierno polaco de extrema derecha.

Su novela Flights, que obtuvo el Premio Internacional Man Booker en 2018, combina relatos de viajes de nuestra época con historias como la de un anatomista del siglo 17 que disecó su propia pierna amputada y el traslado del corazón del compositor Frederic Chopin de París a Varsovia tras su muerte.

El ministro de Cultura de Polonia, Piotr Glinski, que dijo a principios de esta semana que no había terminado de leer ninguno de los libros de Tokarczuk, le tuiteó sus felicitaciones y dijo que ahora se sentía obligado a retomarlos y leerlos completos.

Handke, de 76 años, es un novelista, ensayista, dramaturgo y guionista al que la academia describió como “uno de los escritores más influyentes en Europa” tras la Segunda Guerra Mundial. Fue elogiado por sus escritos fuertes sobre la catástrofe, notablemente en “Desgracia impeorable”, su novela de principios de los 70 sobre el suicidio de su madre.

El premio de literatura quedó en suspenso el año pasado tras un éxodo de la exclusiva Academia Sueca, que selecciona a los ganadores, ante denuncias de abuso sexual. Jean-Claude Arnault, el esposo de una exintegrante de la academia, fue condenado el año pasado de dos violaciones ocurridas en 2011. Arnault presuntamente también filtró el nombre de los ganadores del Nobel de Literatura en siete oportunidades.

La Fundación Nobel había alertado que otro grupo podría ser elegido para entregar el premio si la academia no mejoraba su manchada imagen, pero dijo en marzo que estaba satisfecha de que la Academia Sueca se había reformado y recuperado su confianza.

Los premios de 2018 y 2019 fueron elegidos por el Comité del Nobel de la Academia Sueca, un nuevo organismo conformado por cuatro miembros de la academia y cinco “especialistas externos”.

Los organizadores del Nobel dicen que el comité sugiere dos nombres que entonces deben ser aprobados por la Academia Sueca. No está claro si los miembros de la academia simplemente aprobaron la decisión de los expertos.

En su testamento, el empresario industrial e inventor de la dinamita sueco Alfred Nobel designó específicamente a la Academia Sueca como la institución responsable del Nobel de literatura.

Nobel decidió que los de física, química y medicina debían ser otorgados en Estocolmo, y en de la paz en Oslo. Su razón exacta para que la institución en Noruega entregara el premio de la paz no está clara, pero durante su vida Suecia y Noruega formaban parte de una unión, la cual se disolvió en 1905.

El codiciado Nobel de la Paz se anunciará el viernes, y el de economía el próximo lunes.

Los galardonados recibirán sus premios el 10 de diciembre -en el aniversario de la muerte de Nobel en 1896– en elegantes ceremonias en Estocolmo y Oslo.