Rusia dijo este miércoles que trabaja para evitar un conflicto entre los ejércitos turco y sirio, mientras el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, desafió la creciente presión y las sanciones de sus aliados de Occidente para un alto el fuego en el norte de Siria.
Moscú se movió rápido para afianzar su posición de fuerza en la región luego de que el magnate de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó la retirada sus soldados del noreste de Siria. La medida de Washington supuso el abandono de facto de los combatientes kurdos que se habían aliado con el Pentágono y abrió la vía a una invasión turca que busca aplastarlos.
La repentina decisión de Estados Unidos llevó a los kurdos a forjar un acuerdo con el gobierno del presidente sirio Bashar Assad, respaldado por Rusia, invitando a sus fuerzas a regresar a las regiones del norte del país que habían abandonado en el apogeo de la guerra civil de ocho años que sacude la nación.
El ministro ruso de asuntos exteriores, Sergey Lavrov, señaló hoy que su país está dispuesto a garantizar la seguridad de la región mientras trabaja para mediar entre Damasco y Ankara.
Moscú ya anunció el despliegue de tropas en la localidad de Manbij, uno de los focos de la ofensiva, para mantener separadas a las fuerzas turcas y sirias.
Rusia seguirá animando a los kurdos sirios y al gobierno para que acerquen posturas tras la salida de Estados Unidos, apuntó Lavrov en declaraciones publicadas por agencias noticiosas rusas. El canciller culpó además a Washington y a las naciones occidentales de socavar al estado sirio, lo que llevó “a los kurdos hacia el separatismo y la confrontación con tribus árabes”.
La ofensiva de Turquía, que está en su octavo día, está tensando cada vez más las relaciones del país con sus aliados en la OTAN.
Erdogan prometió el martes en la noche que no aceptará un alto el fuego en el norte de Siria pese a la creciente presión de Estados Unidos y Europa.
Hablando con un grupo de reporteros en el viaje de regreso tras una visita a Azerbaiyán, el dirigente turco contó que solo considerará la tregua una vez que haya limpiado la región fronteriza de combatientes kurdos, a quienes ve como una amenaza por su relación con la insurgencia dentro de su propia nación.
“Para nosotros no es posible declarar un alto el fuego hasta que esté limpio”, dijo el mandatario según fue citado por el diario progubernamental Yeni Safak.
Las declaraciones de Erdogan se produjeron luego de que Washington, que anunció sanciones limitadas contra Turquía, dijo que el vicepresidente, Mike Pence; el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el asesor de Seguridad Nacional, Robert O’Brien, viajarán a Ankara hoy para intentar forjar un alto el fuego.
Erdogan apuntó que “no está preocupado” por las sanciones decretadas contra el país.
Por su parte, Francia sugirió que colaborará con Rusia en Siria.
Durante una entrevista con la televisora francesa BFM, el ministro francés de asuntos exteriores, Jean Yves Le Drian, apuntó que París está mirando a Moscú dado su “interés común” en la derrota del grupo extremista Estado Islámico (DAESH) en Siria.
El canciller galo pidió a los países europeos y a los demás miembros de la coalición contra DAESH en Siria que se reagrupen ahora que parece que Washington abandonó su posición de liderazgo en la región.