Un equipo internacional de científicos ha descubierto el caso de una mujer, quien gracias a una mutación en su genoma logró contrarrestar la enfermedad de Alzheimer, pese a que ella tenía predisposición genética a sufrir esa afección en torno a los 40 años de edad.
Según el estudio, publicado el 4 de noviembre en la revista Nature Medicine, este hallazgo puede conducir a nuevas estrategias con las que retrasar o incluso prevenir el alzhéimer. La mujer, que no ha sido identificada, reside en el Departamento de Antioquia (Colombia), donde cerca de 6.000 personas emparentadas tienen una elevada predisposición genética a sufrir dicha enfermedad y sus síntomas empiezan a aparecer a edades de entre los 40 y 50 años.
Los responsables del estudio encontraron que una mujer de ese extenso grupo de consanguinidad no desarrolló un deterioro cognitivo leve hasta los 70 años, casi tres décadas después de que sus parientes ya habían comenzado a mostrar señales de demencia, debido a la enfermedad hereditaria.
«Una nueva puerta para el desarrollo de tratamientos»
Al igual que sus parientes, la mujer era portadora de la mutación E280A en un gen llamado ‘Presenilina 1’ (PSEN1), el causante del alzhéimer hereditario y de inicio temprano. También tenía dos copias de una variación genética conocida como ‘ChristChurch’ en el gen APOE3 (APOE3ch). No se encontró ningún otro miembro de esa familia que poseyera dos copias de esa variación genética y que además portara la mutación PSEN1 E280A.
Los resultados del escaneo cerebral de dicha mujer revelaron que tenía niveles inusualmente altos de proteína beta-amiloide, un sello distintivo del alzhéimer. Sin embargo, la cantidad de la proteína tau, otro sello distintivo de esa enfermedad, era relativamente limitada. Los investigadores sugieren que tener dos copias de la variante APOE3ch puede posponer el inicio clínico del mal de Alzheimer, al limitar la patología tau y la neurodegeneración.
«Este caso único abre una nueva puerta para desarrollar tratamientos de la enfermedad de Alzheimer, más basados en la resistencia a la patología que en atacar su causa. En otras palabras, no necesariamente se enfoca en la reducción de la patología, como se ha hecho tradicionalmente, sino que promueve la resistencia incluso frente a una patología cerebral importante», explicó la neuropsicóloga clínica Yakeel Quiroz, del Hospital General de Massachusetts de la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.) y una de las autoras del trabajo.
La importancia de ciertos genes
El gen APOE interviene en la producción de una proteína llamada ‘apolipoproteína E’, que participa en el metabolismo de las grasas. Los experimentos demostraron que la variante APOE3ch puede reducir la capacidad de la apolipoproteína E para unirse a ciertos azúcares conocidos como ‘proteoglicanos de heparán sulfato’ (HSPG), que se implican en procesos en los que toman parte las proteínas beta-amiloides y tau.
«Este hallazgo sugiere que la modulación artificial de la unión de APOE a HSPG podría tener beneficios potencial es para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, incluso en el contexto de altos niveles de patología amiloidea», dijo por su parte el coautor Joseph Arboleda-Velasquez, de la Escuela de Medicina de Harvard.
En tanto Eric Reiman, otro coautor de la investigación, considera que este estudio subraya la importancia del gen APOE en el desarrollo, tratamiento y prevención de la enfermedad: «Esperamos que nuestros hallazgos impulsen y sirvan como base para el descubrimiento de fármacos y terapias genéticas relacionadas con APOE, de modo que podamos ponerlos a prueba en estudios de tratamiento y prevención lo antes posible», agregó.