La senadora opositora Jeanine Áñez sorprendió la tarde de este martes al autoproclamarse presidenta interina de Bolivia.
La decisión -que ella dijo haber tomado para “pacificar” el país- podría incrementar las tensiones porque se realizó en una sesión rápida sin respetar los protocolos de la Asamblea Legislativa y sin que este cuerpo reuniera un quórum que la respaldara.
"La Biblia vuelve a Palacio", dice Jeanine Áñez. La senadora, quien se declaró presidenta de #Bolivia, se dirigió al antiguo Palacio de Gobierno levantando una Biblia.https://t.co/3kh3o0KNGP pic.twitter.com/EVF4N85VPi
— CNN Argentina (@CNNArgentina) November 12, 2019
El ahora expresidente Evo Morales dejó el poder el domingo acorralado por la presión de las fuerzas armadas y las protestas sociales tras las polémicas elecciones generales del 20 de octubre.
Tras autoproclamarse mandataria interina, Áñez ingresó al viejo Palacio de Gobierno con una Biblia en la mano, aunque nadie le tomó juramento. Una vez ahí pidió un minuto de silencio para los cuatro muertos durante las protestas y llamó a las Fuerzas Armadas a ayudar a pacificar el país.
“Bolivia quiere vivir en paz. Sí se pudo, sí se pudo”, dijo antes de ser coreada por sus partidarios y anunciar que convocará a elecciones limpias y con autoridades probas.
La Constitución pone como plazo 90 días para ello.
Poco después, se escucharon bocinazos y petardos en la ciudad. Paralelamente, seguidores de Morales rechazaban la decisión a unas cuadras del lugar.
Luego del anuncio, el líder de las protestas, Luis Fernando Camacho, aseguró que más tarde se suspendería el paro y las movilizaciones en Santa Cruz, bastión opositor cuya presencia fue fundamental para presionar a Morales.
A su vez, el expresidente Carlos Mesa y principal rival de Morales en los comicios, se unió a la celebración con un mensaje en su cuenta de Twitter. “Felicito a la nueva Presidenta Constitucional de Bolivia Jeanine Añez. Nuestro país consolida con su posesión, su vocación democrática y la valentía de una gesta popular legítima, pacífica y heroica. Todo éxito en el desafío que afronta. Viva la Patria!!!!!”.
Hoy por la tarde, legisladores del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido del expresidente y con mayoría en el Congreso, alegaron falta de seguridad en La Paz para que arribaran los representantes de otras regiones y cuestionaron los procedimientos.
Áñez, que había convocado a la sesión, dijo que los legisladores debían aprobar la carta de renuncia de Morales y definir al sucesor interino.
“El país vive momentos dramáticos y todos los parlamentarios tenemos la obligación de dar certezas”, dijo más temprano, en rueda de prensa ante las dudas sobre la llegada de los legisladores del MAS.
Las movilizaciones seguían activas en La Paz, donde aviones militares ocasionalmente sobrevolaban la ciudad realizando patrullajes.
Bolivia vive un vacío de poder desde el domingo en la tarde cuando, tras más de 13 años en el poder, Morales dimitió.
Mientras tanto, La Paz parecía una ciudad sitiada. Las patrullas del ejército en las calles evitaban los ataques de grupos violentos que la víspera quemaron varias unidades policiales en dicha ciudad y Cochabamba y saquearan propiedades privadas y comercios. Cientos de vecinos amanecieron en medio de barricadas improvisadas en las bocacalles para protegerse de posibles ataques. El transporte público era escaso.
“La policía fue rebasada”, dijo la víspera el comandante general de esa fuerza, Yuri Calderón. Ante la situación, el ejército fue llamado a ayudar a restablecer el orden público.
“Vamos a ayudar a controlar a estos grupos vandálicos violentos que están sembrando terror en la población”, dijo la víspera el jefe de las fuerzas armadas, William Kalimán.
Las protestas estallaron hace 20 días luego de acusaciones de fraude electoral a favor de Morales, que buscaba su reelección para un cuarto mandato. El informe de una auditoría electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) encontró irregularidades, cuestionó la mayoría reclamada por el dirigente y recomendó nuevos comicios, lo que desencadenó los hechos que precipitaron la dimisión del mandatario.
Morales acusó a los opositores de haber consumado un presunto «golpe de Estado» en su contra mientras éstos afirmaron que se trató de un movimiento social que se alzó en contra del fraude electoral.