El expresidente de Bolivia, Evo Morales, insistió en que ganó las elecciones en su país, al superar con un 7 por ciento a su contrincante Carlos Mesa, pero que al final le «fueron robadas» y que la oposición orquestó lo que llama un «golpe de estado» en su contra.
En conferencia de prensa en el Museo de la Ciudad de México, Morales narró cómo se dieron los acontecimientos que le llevaron a renunciar el gobierno de su país el pasado domingo.
Tras agradecer nuevamente a México el asilo otorgado, en virtud de que su vida corría peligro, Morales afirmó que nunca pidió a instituciones en su país «hacer algo ilegal«, en referencia a las acusaciones de fraude en los recientes comicios en los que buscaba una nueva reelección.
El exmandatario reiteró que presentó su renuncia para detener la violencia y, lamentablemente, está aún continúa.
Pidió a los comandantes militares y policiales que “no se manchen con la sangre del pueblo”.
Morales convocó a un diálogo nacional con agenda abierta con los gobiernos amigos (comunistas) de la región, en aras de pacificar su país de origen y detener el “sicariato” que ejercen algunos grupos.
“Por supuesto, si mi pueblo lo pide (…) estamos dispuestos a volver, a volver a pacificar. Es importante el diálogo nacional”, anotó.