El presidente de Colombia, Iván Duque, ordenó hoy viernes un toque de queda en la capital del país en medio de los continuos disturbios provocados por una manifestación masiva de la ultraizquierda.
Duque anunció en su cuenta de Twitter que había solicitado que el alcalde de Bogotá aplicara el toque de queda a partir de las nueve de la noche en toda la ciudad “para garantizar la seguridad de todos los bogotanos”.
El toque de queda se impondrá un día después de que aproximadamente 250 mil personas salieran a las calles en una de las marchas más grandes de la historia reciente de la nación.
Este viernes hubo enfrentamientos dispersos entre manifestantes y policías.
Cali, la tercera ciudad más grande de Colombia y afectada el jueves por disturbios, impuso la víspera también un toque de queda. Dos municipios más pequeños se vieron obligados a tomar medidas similares tras verse rebasados por bandas de vándalos.
Según la alcaldía de Bogotá, 79 buses del sistema local de transporte público fueron vandalizados hoy y 40 estaciones cesaron sus operaciones tras recibir ataques de enmascarados.
Mientras tanto, una protesta en la histórica Plaza de Bolívar a la que asistieron unas 3 mil personas con sus ollas y cacerolas fue interrumpida sólo 15 minutos después de comenzar por policías antimotines que dispersaron al grupo con gases lacrimógenos.
Las protestas iniciaron el jueves, cuando unas 250 mil personas marcharon en distintas ciudades del país en medio de un paro nacional.
Los manifestantes se oponen a una serie reformas económicas propuestas por el gobierno de Duque, que incluyen cambios al sistema de pensiones, así como medidas que permitirían a empresas contratar a sus empleados por horas.
Durante las marchas, miles también han expresado su frustración por los asesinatos de más de 100 líderes sociales en áreas rurales desde que comenzó el gobierno de Duque, y algunos exigieron mejorías en la implementación de un acuerdo de paz firmado en 2016 con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Las protestas han sido convocadas por una amplia gama de sindicatos, grupos estudiantiles y organizaciones indígenas, todos ultraizquierdistas, cuyos líderes dicen estar motivados por las recientes movilizaciones en Chile y Ecuador.
Una organización que coordina a estos grupos, conocida como el Comité Nacional del Paro, dijo hoy que las manifestaciones callejeras seguirán hasta que el presidente Duque establezca una mesa de negociación con los grupos afectados por sus medidas económicas.
El gobierno no ha revelado intenciones de negociar, aunque el presidente dijo en un discurso tras el paro del jueves que pretende acelerar su “agenda social y de lucha contra la corrupción”.
Para incrementar la presión sobre el gobierno de Colombia, el Comité de Paro tiene planificada otra protesta el lunes y se reunirá de nuevo el martes para decidir más medidas.
Las protestas han sido pacificas en su mayoría; sin embargo, varios incidentes de saqueo y vandalismo se reportaron el jueves por la noche y este viernes después de las grandes marchas alrededor del país.
Según el gobierno nacional, tres personas murieron en el departamento del Valle del Cauca en los disturbios del jueves, incluyendo dos ciudadanos en el puerto de Buenaventura y uno en el municipio de Candelaria.
El Ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, aseguró que estas personas murieron en medio de saqueos a un supermercado y un centro comercial.
Cali también se vio afectada por los disturbios que impulsaron a su alcalde a declarar la víspera un toque de queda. Dos municipios más pequeños se vieron obligados a tomar medidas similares tras verse rebasados por bandas de vándalos.