El presidente de Rusia, Vladímir Putin, provocó la dimisión en pleno del Gobierno al anunciar una reforma política que otorgará mayores poderes al Parlamento y abre la operación sucesión en el Kremlin.

«A día de hoy, en nuestra sociedad hay una clara demanda de cambio«, afirmó Putin durante su discurso anual sobre el estado de la nación.

Minutos después, el primer ministro, Dmitri Medvédev, el fiel escudero de Putin desde hace veinte años, anunciaba la dimisión del Gobierno en pleno, y el presidente presentaba seguidamente a un desconocido tecnócrata, Mijaíl Mishustin, como su sustituto.

Después de 20 años en el Kremlin marcados especialmente en los últimos años por la involución democrática, Putin propuso introducir una serie de enmiendas a la Constitución que deberán ser validadas por los rusos en un referéndum.

Al dirigirse a ambas cámaras del Parlamento en el principal centro de exposiciones del país, el Manezh, Putin propuso que a partir de ahora la Duma vote la candidatura del primer ministro, cuando hasta ahora se limitaba a dar el visto bueno.

Lo mismo ocurrirá con los viceministros y el resto de miembros del Ejecutivo, prerrogativa que la oposición comunista había demandado durante los últimos años ante el descrédito de la Cámara Baja entre la ciudadanía.

La reforma política fue muy bien recibida tanto por los principales poderes del Estado, incluido la Duma o Cámara Baja y el Senado, como por los principales líderes políticos leales al Kremlin.

«Creo que el presidente tomó una decisión muy valiente al ceder al Parlamento parte de sus facultades«, destacó Valentina Matviyenko, presidenta del Senado.

Mientras el presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, asentía en primera fila, la sala, que reunía a más de un millar de invitados, prorrumpió en un aplauso.

Minutos después de que terminara el discurso, el primer ministro, Dmitri Medvédev, anunciaría la renuncia del Ejecutivo al completo.

Putin y Medvédev ya protagonizaron un enroque en 2008, cuando el segundo, entonces primer ministro, ascendió a la Presidencia y el primero asumió la jefatura del Gobierno.

Por lo pronto, Putin ya remitió hoy a la Duma la candidatura de Mijaíl Mishustin, el desconocido jefe del Servicio Federal de Impuestos, como primer ministro, asunto que será estudiado el jueves por la cámara baja del Parlamento ruso.

«Estoy convencido de que nuestro país con su enorme territorio…no puede desarrollarse con normalidad y, digo más, conservar su estabilidad como una república parlamentaria. Rusia debe seguir siendo una fuerte república presidencialista«, dijo.

Además, insistió en que «el presidente, sin lugar a dudas, debe conservar el derecho de marcar los objetivos y prioridades de la acción del Gobierno…y también debe mantener el mando directo sobre las Fuerzas Armadas y todo el sistema de los órganos de seguridad«.

Putin tendrá 71 años cuando tenga que abandonar el Kremlin en 2024, pero hoy ningún analista se atreve a descartar que durante la próxima década siga dirigiendo los destinos de este país en primera línea o en la sombra. EFE