La NASA dará de baja uno de sus grandes observatorios: el Telescopio Espacial Spitzer, después de 16 años de escanear el universo con ojos infrarrojos.

Su fin será el jueves, cuando los controladores de tierra pongan a la desvencijada nave espacial en hibernación permanente.

Durante años, el Spitzer tomó imágenes de estrellas y galaxias a través de nubes de polvo, descubrió un enorme y casi invisible anillo alrededor de Saturno, y ayudó a descubrir siete planetas del tamaño de la Tierra en los alrededores de una estrella cercana.

La última observación del Spitzer fue el miércoles. En total, el telescopio observó 800.000 objetivos espaciales y produjo más de 36 millones de imágenes como parte de la misión con un costo de mil 400 millones de dólares.

Aproximadamente 4 mil científicos de todo el mundo participaron en las observaciones y publicaron casi 9 mil estudios, según la NASA.

Tienen que estar orgullosos… cuando vean hacia atrás y digan: ‘Miren al equipo que opera el Spitzer, miren al equipo que contribuye para tener toda esta gran ciencia’”, dijo el gerente del proyecto Joseph Hunt.

Diseñado para durar entre 2.5 y 5 años, el telescopio se volvió cada vez más difícil de operar ya que se alejaba cada vez más de la Tierra, dijo la NASA. Actualmente está a 265 millones de kilómetros de la Tierra, orbitando el Sol.

El Spitzer seguirá alejándose sin representar peligro alguno para las naves espaciales ni ningún otro objeto, dijeron funcionarios.

Aunque sería genial poder operar todos nuestros telescopios para siempre, esto no es posible”, dijo en correo electrónico el director de astrofísica de la NASA Paul Hertz.

Lanzado en 2003, el Spitzer fue uno de los llamados grandes observatorios de la NASA. Con sus instrumentos infrarrojos, era capaz de detectar el calor de objetos celestiales como si fueran gafas para visión nocturna, dijo Suzanne Dodd, exgerente del proyecto que ahora supervisa la Red del Espacio Profundo de la NASA en el Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California.