Alan Dershowitz, uno de los abogados del magnate Donald Trump, afirmó este jueves que fue “distorsionado” su argumento contra la destitución del presidente que acaparó los titulares del día.

En un tuit, el exprofesor de Derecho de Harvard se quejó de la manera como se describió su argumento ante el Senado de que el presidente, si cree que su reelección conviene al “interés nacional”, tiene inmunidad por las medidas que toma en apoyo de esa idea.

Ese argumento provocó el rechazo incluso de algunos de los principales aliados de Trump.

Caracterizaron mi argumento como si yo hubiera dicho que, si un presidente cree que su reelección conviene al interés nacional, puede hacer lo que quiera”, dijo el profesor jubilado el jueves. “No dije nada por el estilo, como puede afirmar cualquiera que me haya escuchado”.

Dershowitz declaró ante el Senado el miércoles por la noche que la acusación de “quid pro quo” -que constituye el meollo del juicio político a Trump sobre el intercambio de ayuda militar a cambio de favores políticos- no constituye un fundamento para la destitución, aunque pudiera demostrarse.

Todo funcionario público que conozco cree que su elección conviene al interés público”, dijo el miércoles. “Y si un presidente hace algo que cree lo ayudará a ser elegido en bien del interés público, eso no puede ser la clase de quid pro quo que conduzca a un juicio político”.

Ese argumento marcó un viraje abrupto con respecto a la afirmación de Trump de que sus transacciones con Ucrania fueron “perfectas”.

En tanto, los demócratas presionan para obligar al Senado a que convoque a más testigos, pero los republicanos parecen decididos a que el juicio político concluya en una votación en favor de la absolución, quizá en cosa de días. Incluso las nuevas revelaciones del exasesor de seguridad nacional John Bolton están siendo rebatidas por los abogados del mandatario, que utilizaron la insólita sesión de preguntas y respuestas del miércoles para advertir que no hay que alargar el proceso, insistiendo en que los senadores ya han escuchado suficiente.

Los demócratas alegaron que el contenido del libro de Bolton que saldrá próximamente a la venta no debe ser ignorado. En él, asegura haber escuchado personalmente a Trump decir que deseaba retener la asistencia militar a Ucrania hasta que aceptara investigar al precandidato demócrata Joe Biden y su hijo, Hunter Biden, situación que dio pie al cargo de abuso de autoridad contra el mandatario.

La votación sobre la citación de testigos está prevista para el viernes.

Mientras el magistrado presidente, John Roberts, respondía preguntas, el senador republicano por Texas, Ted Cruz, preguntó si era importante que hubiese habido un quid pro quo.

Dershowitz respondió que no, señalando que muchos políticos equiparan su reelección con el interés público. “Por esa razón es muy peligroso tratar de psicoanalizar al presidente”, apuntó.

El principal fiscal demócrata de la Cámara de Representantes, Adam Schiff, pareció sorprendido.

No todos los quid pro quo son iguales”, afirmó. Algunos podrían ser aceptables y otros no. “Y no se necesita leer la mente para determinar cuál es cuál. En primer lugar, pueden preguntarle a John Bolton”.

Dado que la votación sobre los testigos está prevista para esta semana, los demócratas hacen un último intento para convencer a los republicanos para citar a Bolton y otros testigos a fin de que rindan su declaración y garantizar un “juicio imparcial”.

Trump enfrenta el cargo de la Cámara de Representantes de que abusó del poder como no lo ha hecho ningún otro presidente, poniendo en peligro a Ucrania y las relaciones entre Estados Unidos y ese país por pretender aprovechar la asistencia militar para hacer exigencias, mientras el vulnerable aliado enfrentaba a Rusia. El segundo cargo del juicio político sostiene que, después, Trump obstruyó la investigación de la Cámara de Representantes en una manera que puso en peligro el sistema de controles y equilibrios de los tres poderes de la nación.

Durante dos días, los senadores están interrogando a los demócratas de la Cámara de Representantes que fungen como fiscales en el caso y al equipo de la defensa del presidente republicano. En la jornada del miércoles se efectuaron docenas de preguntas, que se respondieron en plazos de cinco minutos. Se ordenó que los senadores permaneciesen sentados en silencio y que entregasen sus preguntas por escrito.