Pete Buttigieg, que ascendió de ser el alcalde de una ciudad de Indiana hasta convertirse en uno de los principales precandidatos demócratas, puso fin a su campaña ayer domingo.
“La verdad es que el camino se ha estrechado hasta cerrarse para nuestra candidatura, pero no para nuestra causa”, dijo Buttigieg a sus simpatizantes en South Bend, Indiana. “Debemos reconocer que, en estos momentos de la contienda, la mejor manera de mantener la fe en esos objetivos e ideales es dar un paso al costado y ayudar a unir a nuestro partido y a nuestro país”, expresó.
La decisión se dio a conocer apenas un día después de que uno de los principales rivales de Buttigieg, el exvicepresidente Joe Biden, lograra un contundente triunfo, lo cual desató nueva presión sobre la facción moderada del partido para que lo respalde.
Buttigieg había criticado a Biden, asegurando que el político de carrera de 77 años estaba desactualizado respecto a la política actual. Pero en los últimos días sus críticas se enfocaron en el líder de la contienda, Bernie Sanders, un progresista que se ha beneficiado del hecho de que los votos de los moderados se han estado dividiendo entre el enorme número de candidatos.
Buttigieg y Biden intercambiaron mensajes de voz el domingo, pero no conversaron, según una persona con conocimiento de la situación. Pete mandó el primer mensaje para informarle a Biden de su decisión, y más tarde el exvicepresidente se lo devolvió. No pudieron entablar una conversación debido a sus agendas de viaje.
Buttigieg, el primer candidato abiertamente homosexual en aspirar seriamente a la presidencia, intentó defender el argumento de que su partido prosperaba cuando acogía a candidatos que ofrecían un cambio generacional. Pero el veterano de la guerra en Afganistán, de 38 años, terminó teniendo más éxito con los votantes de mayor edad, mientras que Sanders, de 78 años, captó la energía de los más jóvenes.
Los votantes veían a Buttigieg dentro de la corriente más moderada de los aspirantes demócratas, y tuvo éxito en las primeras etapas de la campaña al ganar las primarias de Iowa y finalizar segundo en New Hampshire. Pero la contienda avanzó a estados con mayor diversidad entre sus habitantes y menos dependientes de votantes con educación universitaria, y fue ahí donde Pete pasó apuros.
A pesar de sus sólidas organizaciones y de simpatizantes que incluían a varios exindependientes y republicanos, Buttigieg no pudo sobreponerse a las dudas sobre su capacidad para atraer el respaldo de los votantes afroestadounidenses, cruciales dentro de la base demócrata.