La termoeléctrica y la refinería de Tula, en el estado de Hidalgo, son las centrales más contaminantes y peligrosas para la salud en todo México, denunciaron ayer organizaciones ambientalistas.

Ambas centrales emiten 33 veces más dióxido de azufre (SO2) que todo el Valle de México en su conjunto y contribuyen al aumento de partículas finas (PM2,5) por lo que representan una grave amenaza para la salud, alertaron.

«El material particulado se va hacia los alvéolos pulmonares, es tan pequeño que pasa al torrente sanguíneo y el bióxido de azufre, agrava enfermedades pulmonares”, explicó Stephan Brozdiak, integrante de la organización El Poder del Consumidor.

Las organizaciones urgieron a la planta Termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a sustituir el combustóleo por gas para reducir las enfermedades respiratorias, que anualmente en México provocan alrededor de 44 millones de muertes prematuras, según el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc).

«Las emisiones de la termoeléctrica son mucho más altas que las fuentes locales de contaminación«, condenaron.

El complejo industrial de Tula ocupa el segundo lugar entre 500 empresas en México, Canadá y Estados Unidos en emisiones de SO2, señala un documento que ha sido difundido por seis organizaciones ambientalistas.

Adrián Fernández, de Iniciativa Climática de México, aseguró que la actividad de las plantas ha contribuido significativamente en el deterioro de la calidad del aire en la Megalópolis del Valle de México, formado por municipios de Ciudad de México, Estado de México e Hidalgo.

El Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire (OCCA) solicitó a la Secretaría de Energía (Sener) y a la CFE que se comprometan a poner en marcha de forma inmediata un plan que permita dotar de suficiente gas natural a la planta termoeléctrica para que pueda operar en un 100% con este combustible.

Demandó también cancelar de manera definitiva el uso de combustóleo en la planta para mejorar la calidad del aire en la región de Tula-Tepeji y de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

«Ejercicios de modelación de la dispersión de contaminantes y de la calidad del aire han mostrado que los impactos en los niveles en superficie de SO2 en la ZMVM están fuertemente ligados a los patrones de vientos predominantes provenientes del complejo de Tula«, explicó un comunicado firmado por Greenpeace, Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) y Plataforma México Clima y Energía (PMCE).

«Hoy se conoce que más de la mitad de los impactos en las concentraciones de SO2 en la ZMVM proveían de la planta termoeléctrica de Tula«, indicaron.

Las ONGs adelantaron que conformarán un grupo de trabajo especializado con miembros de las academia para asegurar la suspensión del uso de combustóleo en la planta, donde hasta el momento la CFE no ha emitido un posicionamiento.