La senadora por Massachusetts, Elizabeth Warren, anunció este jueves su retirada de la carrera por la nominación demócrata para las elecciones presidenciales de noviembre en EE.UU., aunque prometió «continuar la lucha», ya que «los grandes sueños nunca mueren».
«Nuestro trabajo continúa, la lucha continúa y los sueños grandes nunca mueren«, afirmó en un discurso a su equipo al anunciar su abandono.
La política toma este paso después de haber quedado tercera en los caucus de Iowa, a principios de febrero, y de haber quedado cuarta en New Hampshire y en Nevada.
En las primarias de Carolina del Sur, celebradas el sábado pasado, bajó un puesto más y quedó quinta.
Su actuación tampoco fue la que esperaba durante el supermartes, en el que de momento está tercera en cuanto a número de delegados (36) obtenidos, pero muy lejos de los dos ganadores, Joe Biden y Bernie Sanders.
Warren obtuvo resultados más bien discretos en la mayoría de los 14 estados, incluido el suyo propio, Massachusetts, en el que quedó por detrás de Biden y de Sanders con un 20%.
Por el momento, se desconoce si la senadora decidirá apoyar a alguno de los dos candidatos favoritos que siguen en liza, el también senador Bernie Sanders o el exvicepresidente Joe Biden.
Como senadora, Warren se ha erigido en los últimos años como una de las voces más potentes para sacar a la luz asuntos silenciados en la discusión política estadounidense, y es considerada una de las mayores defensoras de las causas sociales en el país.
Su apuesta electoral se ha centrado sobre todo en la promesa de acabar con la corrupción en Washington.
Tras los resultados del supermartes, el exalcade de Nueva York, Michael Bloomberg, anunció este miércoles su retirada de la carrera presidencial.
Antes de esa megajornada electoral, lo había hecho también el exalcalde de South Bend, Pete Buttigieg, y la senadora por Minesota, Amy Klobuchar.