Un crucero que se encuentra anclado el jueves frente a las costas de San Francisco mientras algunos pasajeros y tripulantes son examinados por posible contagio de coronavirus, desembarcó a cientos de pasajeros en cuatro puertos de México el mes pasado, incluyendo personas que más tarde arrojaron positivo al virus.
Se ha confirmado la presencia del virus en al menos tres pasajeros del crucero Grand Princess, y uno de ellos se convirtió el miércoles en el primer caso fatal en California.
Las autoridades de salud de Estados Unidos intentan rastrear a otros pasajeros que han vuelto a casa. Pero cuando se les preguntó al respecto a las autoridades mexicanas de salud la noche del miércoles, dijeron que no habían sido notificadas y no anunciaron medida alguna.
El Grand Princess hizo escalas en Manzanillo, Puerto Vallarta y Mazatlán antes de un último atraco en Cabo San Lucas el 18 de febrero y dirigirse de regreso a San Francisco. El pasajero que murió esta semana en California comenzó a mostrar síntomas al día siguiente, pero no dio positivo al coronavirus hasta el 3 de marzo, según funcionarios de salud.
Funcionarios de los estados en los que se localizan estos puertos no anunciaron medidas el jueves. Las autoridades de Jalisco, Sinaloa y Colima no respondieron de momento a solicitudes de comentarios.
Las autoridades locales de turismo aplaudieron la llegada del Gran Princess a cada uno de los puertos, y los diarios locales publicaron imágenes de los pasajeros que desembarcaban para comprar recuerdos.
El puerto de Manzanillo publicó en Twitter que recibió a sus visitantes “con los brazos abiertos”.
Por lo general, los pasajeros deambulan por los puertos para comprar artesanías, probar la comida local y tomar excursiones a las atracciones de la zona, poniéndose en contacto con muchos residentes locales.
Hasta el momento México ha confirmado únicamente cinco casos de la enfermedad, ninguno de ellos relacionado a cruceros. Pero cuestionados sobre el Grand Princess durante una conferencia la tarde del miércoles, las autoridades de salud dijeron que no estaban al tanto del caso.
El director nacional de epidemiología, el doctor José Luis Alomía Zegarra, dijo que las autoridades tendrán que investigar el hecho, y añadió que no han sido informados sobre algún crucero en particular. Dijo que estaban monitoreando otras embarcaciones.
Alomía puso de ejemplo otro crucero que la semana pasada fue rechazado de otros puertos antes de anclar en Cozumel, en el Caribe mexicano. Dijo que las autoridades siguieron los protocolos adecuados al analizar los posibles casos y posteriormente permitir a los pasajeros desembarcar una vez que las pruebas revelaron que se trataba de un resfriado común.
“Para este o para cualquier otro crucero que pudiera llegar se aplica el mismo protocolo, se realizan las mismas actividades y si no se identifica ningún riesgo para el país, entonces los pasajeros son bienvenidos a México”, afirmó.
Carlos Mendoza Davis, gobernador del estado de Baja California Sur, quien también participó en la reunión informativa sobre el coronavirus en su calidad de director de la Conferencia Nacional de Gobernadores, habló desde la perspectiva de un estado que está en riesgo. Hizo notar que la entidad se encuentra a la mitad de su temporada de cruceros, en la que recibe cientos de embarcaciones y a aproximadamente medio millón de pasajeros al año.
“Lo que tenemos que hacer es abordar a las autoridades sanitarias que vienen en el crucero y médicas, revisar sus bitácoras; y si no tienen ningún elemento que llame la atención, pues adelante, pueden realizar sus actividades”, afirmó Mendoza.
El virus podría poner a funcionarios estatales como él en la difícil disyuntiva de elegir entre proteger a sus ciudadanos de un posible contagio o cortar con una vital fuente de ingresos para sus puertos.
Iván Hernández, portavoz del departamento de salud de Baja California Sur, explicó el protocolo el jueves.
Las autoridades de salud se mantienen en contacto con los administradores de los puertos, los cuales les proporcionan listas de los barcos que llegan. Dichas autoridades contactan a las líneas de cruceros antes de su arribo para solicitar sus bitácoras y enterarse de cualquier problema de salud a bordo.
“Con base en esa información se verifica primero a distancia o en información digital, y posteriormente el día que tiene programado el arribo se acude todavía en altamar al navío para constatar que esta información sea verídica”, señaló Hernández.
Sólo entonces se permite el desembarco de pasajeros.