Las calles, plazas y carreteras lucían desiertas en gran parte del mundo este sábado, a medida que se multiplicaban las cuarentenas y los toques de queda ante un coronavirus que avanza rápidamente y que somete a los sistemas de salud de muchos países a una gran presión.

Tres estados de Estados Unidos con una población combinada de 70 millones de habitantes confinaron a sus residentes. California fue el primero en decretar la cuarentena el viernes y Nueva York e Illinois seguirán sus pasos el fin de semana. Connecticut y Oregon se estaban alistando para tomar medidas similares.

En España, casi una semana después de comenzaron a aplicarse restricciones estrictas a la libre circulación y el cierre de la mayoría de las tiendas, la policía intensificó sus esfuerzos para hacer cumplir las reglas de confinamiento con multas y patrullas adicionales para evitar que los habitantes de la ciudad con residencias de descanso salgan de la ciudad durante el fin de semana.

En Alemania, las bulliciosas plazas al aire libre se callaron en Baviera y otros lugares, donde lucían vacías luego de que el estado fue el primero de Alemania en pedir a la población que no salga de sus casas excepto para ir a trabajar, comprar comida, ir al médico o hacer ejercicio. La policía reportó un descenso en el número de personas que se saltaron la cuarentena con respecto a la noche anterior.

Colombia fue la nación sudamericana más reciente en anunciar medias similares y Sri Lanka clausuró todas sus autovías por un toque de queda durante el fin de semana.

En África, el número de pacientes con coronavirus, superó los mil, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades del continente. Al menos 40 de las 54 naciones del continente tienen casos confirmados.

En todo el mundo se han confirmado más de 284 mil casos, de los cuales más de 11 mil 800 han muerto, según un conteo de la Universidad Johns Hopkins. Casi 90.000 personas se han recuperado ya.

Pero con los hospitales ya bajo presión, las autoridades están desesperadas por evitar, o al menos limitar, que se repita lo ocurrido en China y en el sur de Europa. A principios de año, el brote superó a los servicios médicos de Wuhan, la ciudad del centro de China donde se descubrió el brote en diciembre, y ahora está llevando al límite a los de Italia, España y Francia.

A medida que la pandemia se modera en Asia, la preocupación ahora es evitar que repunte. China y otras partes de la región están evitando importar nuevos casos desde Europa y Estados Unidos, entre otros lugares.

La Comisión Nacional de Salud de China reportó el sábado que en el territorio continental no hubo nuevos contagios locales por tercer día consecutivo, aunque se detectaron 41 importados en las últimas 24 horas. Esto siguió a un repunte de los contagios en la ciudad semiautónoma de Hong Kong el viernes, que incluyó 35 pacientes llegados desde el extranjero.

En Estados Unidos, la Casa Blanca anunció que un miembro del equipo del vicepresidente, Mike Pence, dio positivo al coronavirus. Según una vocera, la persona contagiada no tuvo un contacto cercano con Pence ni con el magnate Donald Trump.