Chile iniciará esta noche una cuarentena total en la capital y sus alrededores en un desesperado intento por frenar el contagio del coronavirus, que llevó a sus hospitales al borde del colapso.
El gran Santiago, con ocho de los 18 millones de habitantes del país, concentra más del 80 por ciento de los 37 mil infectados y más de 350 muertos registrados hasta ahora.
Chile tiene la menor tasa de mortalidad, un 1 por ciento, y el mayor número de testeos para detectar el virus y aislar a los infectados de América Latina. Pero a inicios de esta semana el panorama cambió violentamente, el gran Santiago casi duplicó sus nuevos infectados y la víspera registró el mayor número de decesos en un día: 22.
En la capital, de una docena de hospitales públicos que atienden a pacientes críticos con ventiladores mecánicos, al menos dos rozaron el 95% de ocupación, admitió el Ministerio de Salud. Muchos otros están tocando el 90%.
La demanda de unidades de cuidados intensivos llevó a las autoridades a trasladar pacientes intubados a ciudades del interior, dijo el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga.
En medio de la crisis sanitaria, en las redes sociales se difundieron fotografías de algunos cuerpos embolsados supuestamente en un pasillo del Hospital San José. Su director, Luis Escobar, admitió el incremento de fallecimientos -11 en la última jornada, cinco por covid-19-, desmintió que los cuerpos estuvieran en lugares inadecuados, pero reconoció que preparan un contenedor para mantener los cadáveres.
Por su parte, Raschid Saud, director del Cementerio General, el mayor de Santiago, confirmó que ya se habilitaron mil nuevas sepulturas. “Ojalá no las usemos”, dijo. Otros cementerios de la ciudad y de otras regiones también se están preparando para un eventual aumento en la llegada de cuerpos.
Otra preocupación adicional derivada de la cuarentena es que decenas de miles viven de sus ingresos diarios. Las municipalidades han incrementado la distribución de canastas de víveres para los más necesitados, aunque no podrán ayudar a todos por mucho tiempo.
A horas de que se instale la cuarentena, centenares de vehículos congestionaban la principal carretera a la costa a pesar de que está prohibido trasladarse a segundas viviendas, mientras miles hacían largas filas en los supermercados para abastecerse pese a que los negocios de venta de alimentos y farmacias seguirán abiertos.
Los especialistas advirtieron que el aislamiento debería extenderse al menos por dos semanas para ser eficaz en el descenso de contagiados. El gobierno dijo que la cuarentena será inicialmente por una semana.