Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron los huesos de unos 60 mamuts en la zona donde se construye el aeropuerto de Santa Lucía al norte de la Ciudad de México, cerca de “trampas” construidas por antiguos humanos donde el año pasado se encontraron más de una decena de restos de esas bestias.

Ambos descubrimientos revelan cuán atractiva era la zona -alguna vez un lago poco profundo- para los mamuts y cuán errónea es la visión clásica de grupos de cazadores vestidos con pieles y persiguiendo mamuts con lanzas a través de una llanura. Los humanos pueden haber sido más inteligentes y los mamuts más torpes de lo que la gente había pensado anteriormente.

Por el momento, sin embargo, los arqueólogos mexicanos enfrentan el problema de exceso de restos de mamuts, quizás demasiados para excavar.

Son demasiados, son cientos”, dijo el arqueólogo Pedro Sánchez Nava, del INAH.

El INAH comenzó a cavar en tres zonas grandes, pero poco profundas en octubre, cuando iniciaron los trabajos para convertir una antigua base aérea militar en un aeropuerto civil. En unos seis meses, se encontraron los huesos de 60 de los enormes herbívoros extintos, y Sánchez Nava dijo que puede continuar ese ritmo, de unos 10 mamuts al mes. El proyecto del aeropuerto está programado para completarse en 2022, cuando finalice la excavación.

Las excavaciones se realizan en lo que fueron las orillas de un antiguo lago, alguna vez conocido como Xaltocan y ahora desaparecido. El lago poco profundo aparentemente produjo cantidades generosas de pastos y cañas, lo que atrajo a los mamuts, que a menudo comían 150 kilogramos de ellos cada día. “Esto era el paraíso para ellos”, dijo Sánchez Nava.

Las nuevas excavaciones están a unos 10 kilómetros de los enormes pozos con restos de mamuts encontrados en el pueblo de San Antonio Xahuento. Allí, hace 15 mil años, los humanos excavaron dos pozos para atrapar mamuts, que aparentemente no podían salir de las trampas de dos metros de profundidad.

Esos pozos, encontrados durante las excavaciones en terrenos que se utilizarían como basurero, estaban llenos de huesos de al menos 14 mamuts y algunos de los animales parecían haber sido descuartizados.

El INAH dijo que los cazadores pueden haber perseguido a los mamuts para que cayeran en las trampas. También se encontraron en sus sedimentos los restos de otras dos especies que desaparecieron entonces en América: un caballo y un camello. Fueron hallados en capas correspondientes a un periodo de hace 15 mil a 20 mil años.

Las excavaciones más recientes en la base aérea en construcción aún no han revelado ninguna de las marcas de corte distintivas que indicarían que los humanos descuartizaron los animales.

Sánchez Nava dijo que los herbívoros gigantes descubiertos más recientemente probablemente quedaron atrapados en el lodo del lago de Xaltocan, antes de morir, o que fueron devorados por otros animales. No obstante, los huesos serán sometidos a más estudios, porque Sánchez Nava dijo que los humanos podrían haber descuartizado esos mamuts una vez que se atascaron.

Agregó que los antiguos humanos podrían haber usado los pozos de lodo y las planicies alrededor de la orilla del lago como una especie de trampa natural. “Es posible que los azuzaran para que entraran al fango”, afirmó, antes de agregar que los humanos antiguos “tenían una idea muy estructurada, muy organizada de repartir las tareas” para obtener carne de mamut.

La gran cantidad de mamuts descubiertos también puede cambiar las opiniones de los científicos sobre la frecuencia con la que los mamuts aparecían en el menú de nuestros antepasados. “Pensaban que era muy eventual, azarosa… Sin embargo, parece que formaba parte de su dieta diaria”, dijo Sánchez Nava.

Los huesos de mamut siempre han sido tan numerosos en el área que los aztecas, que gobernaron el Valle de México entre 1325 y 1521, registraron haber encontrado los enormes huesos. Sánchez Nava dijo que los aztecas los interpretaron como prueba de las leyendas de que el valle estuvo poblado por gigantes.

El arqueólogo dijo que la gran cantidad de restos permitirá a los científicos investigar cómo se alimentaban los mamuts y si ya estaban sufriendo endogamia genética o una disminución de su población, lo que podría haber contribuido, junto con la caza humana, a su extinción en el continente hace unos 10 mil años.

El trabajo en el aeropuerto comenzó a fines del año pasado, pero Sánchez Nava precisó que no se ha encontrado nada que requiriera detener las obras para convertir la antigua base militar en un aeropuerto civil.