El presidente de EE.UU., Donald Trump, pidió en una entrevista emitida este domingo que los medios se fijen más en la situación de COVID-19 en México y menos en la de su país, e insistió en que el tiempo le dará la razón y la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus «desaparecerá».
Trump volvió a minimizar el impacto del COVID-19 en Estados Unidos, el país del mundo con más contagios y muertes por la enfermedad, con más de 3,7 millones de casos y más de 140.000 fallecimientos, y donde las infecciones están creciendo a un ritmo acelerado en varios de los estados más poblados.
«Es lo que hay (…). No se trata solo de este país, está pasando en muchos países, pero no hablan de ello en las noticias. No hablan de México y de Brasil y todavía de partes de Europa, donde (el coronavirus) llegó antes», dijo Trump en una entrevista con la cadena Fox News.
«¿Por qué no hablan de México, que no nos está ayudando? Todo lo que puedo decir es que gracias a Dios que construí casi todo el muro, porque si no tuviera el muro arriba tendríamos un problema mucho mayor con México», añadió.
Trump se pronunció así a pesar de que Estados Unidos ha registrado once veces más casos y casi cuatro veces más muertes por coronavirus que México, cuyo balance es de casi 340.000 contagios y más de 38.000 muertes, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Esta no es la primera vez que Trump alega que el «muro» que está reconstruyendo en la frontera sur ha frenado la entrada de la COVID-19 desde México, algo que también afirmó durante una visita a Arizona en junio sin aportar pruebas o detalles.
Su nueva afirmación llega poco más de una semana después de que Trump recibiera en la Casa Blanca al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para un encuentro en el que ambos líderes ensalzaron la cooperación bilateral frente a la pandemia.
Durante la entrevista, Trump atribuyó la aceleración en la cifra de contagios confirmados en EE.UU. al número de tests que se hacen en el país, que se ha convertido en «la envidia del mundo» en ese sentido, y dijo que muchas de esas infecciones contabilizadas «ni siquiera deberían ser (consideradas como) casos».
«Muchos de esos casos son gente joven que se curaría en un día. Tienen un poco de resfriado y lo contabilizamos como un test», lamentó.
El mandatario también afirmó que Estados Unidos tiene «una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo», algo que el entrevistador, el periodista Chris Wallace, le rebatió al recordar que, de acuerdo con el análisis de Johns Hopkins, el país es el octavo del mundo en ese índice, por encima de al menos doce naciones más.
Según esa universidad, si se analiza el número de muertes por cada 100 casos confirmados, EE.UU. tiene menos fallecimientos que el Reino Unido, México, Irán, Egipto, Indonesia, Irak y Brasil; pero más que Perú, Kirguizistán, Bolivia, Colombia, Filipinas, Chile, India, Pakistán, Argentina, Rusia, Sudáfrica y Bangladesh.
Preguntado por su afirmación de febrero de que el COVID-19 «desaparecerá» algún día «como si fuera un milagro», el presidente insistió: «En algún momento tendré razón. Desaparecerá, y yo tendré razón».
Trump aseguró que no está de acuerdo «con la afirmación de que si todo el mundo llevara mascarilla, esto desaparecería», a pesar de que los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de su Gobierno dijeron esta semana que si todos los estadounidenses se pusieran esa prenda de protección, el coronavirus estaría «bajo control» en ocho semanas.
El mandatario señaló que «las mascarillas también causan problemas», sin aclarar a qué se refería, y se opuso a la idea de decretar su uso obligatorio porque quiere que la gente tenga «una cierta libertad».
Y días después de que uno de sus asesores económicos, Peter Navarro, atacara en un artículo de opinión al principal epidemiólogo del Gobierno, Anthony Fauci, Trump aseguró que tiene una «relación muy buena» con ese experto en enfermedades infecciosas, pero agregó: «Es un poco alarmista».