Un total de 120 mercenarios sirios reclutados por Turquía han llegado en los últimos días al oeste de Libia para sumarse a las filas del Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli (GNA), denunció hoy el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
Según esta organización independiente con sede en Londres, los soldados de fortuna sirios fueron enrolados en la región de Afrin y pertenecen a las milicias Al Shams, Sultan Murad y Suleiman Shah, todas ellas de oposición al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, y de tendencia salafista radical.
«El gobierno turco acordó con estas milicias enviar a este grupo a Turquía como escala previa a su viaje a Catar, donde debían proteger instituciones gubernamentales de ese país. Sin embargo, nada más llegar a Turquía se les informó de que su destino sería Libia, no Catar«, aseguró el Observatorio, que denuncia que la mayor parte de los combatientes sirios en Libia viajan engañados.
De acuerdo con las cifras de esta ONG, desde finales de diciembre han sido transferidos a Libia a través de Turquía un total de 17.420 mercenarios sirios, entre ellos 350 menores de 18 años.
Alrededor de 6.000 han regresado ya a Siria tras completar su misión y recibir sus pagos, que según una reciente investigación de Efe oscilan entre los mil y 1.500 euros al mes, con una prima de 4.000 euros por heridas graves y 10.000 en caso de muerte en combate.
La misma investigación periodística reveló, asimismo, que milicianos sirios de grupos favorables al régimen de Al Asad han sido reclutados por Rusia y enviado a Libia para combatir en las filas del mariscal Jalifa Hafter, tutor del gobierno no reconocido en el este y hombre fuerte del país.
El Observatorio denuncia, igualmente, que junto a los milicianos han desembarcado en Libia alrededor de 10.000 yihadistas, de los que una cuarta parte serían tunecinos.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los distintos grupos rebeldes sobre la tiranía de Muamar al Gadafi.
En el último año, la guerra civil que sacude desde 2015 el país se ha convertido en enfrentamiento armado multinacional, completamente privatizado, sin Ejércitos regulares, librado por milicias locales y mercenarios extranjeros.
El GNA cuenta con el apoyo de Catar, Italia y Turquía -que ha comenzado a levantar base militares en Libia-, mientras que Hafter es respaldado por Francia, Jordania, Egipto, Sudán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Rusia, países estos últimos que le dotan de sus propios mercenarios y de armas, pese al embargo de armamento de la ONU que desde 2011 pesa en el país.