La organización ecologista Greenpeace rechazó hoy, miércoles, el plan del Gobierno de Mauricio para arrastrar y hundir la proa del barco varado frente a las costas de esa isla que provocó un grave derrame de combustible durante las últimas semanas.
«De todas las opciones disponibles, el Gobierno mauriciano está eligiendo la peor. Hundir la nave pondría en riesgo la biodiversidad y contaminaría el océano con grandes cantidades de toxinas de metales pesados», expresó a través de un comunicado el director de campañas de clima y energía para Greenpeace África, Happy Khambule.
Los planes habían sido expuestos este martes por el ministro de Medioambiente mauriciano, Kavi Ramano, en una comparecencia en el Parlamento de esta nación insular africana situada en el océano Índico al este de Madagascar.
«Se están emprendiendo acciones para remolcar la parte delantera a una distancia segura de 8 millas náuticas de la costa. Hay consultas en marcha sobre la manera apropiada de deshacerse de esa parte de la nave», detalló Ramano en su intervención.
Según Greenpeace, la contaminación provocada por el hundimiento de la proa del barco no solo afectaría a Mauricio, sino también a otras regiones vecinas, como la isla francesa de La Reunión.
De acuerdo con la organización ecologista, el siniestrado granelero japonés MV Wakashio, registrado en Panamá, está actualmente siendo alejado de la costa por dos naves de bandera maltesa.
Por ello, recordó que los tratados internacionales prohíben a los barcos de Malta deshacerse de residuos, incluidos buques en el mar, si su contenido contaminante no se ha eliminado al máximo.
«Los mauricianos no ganaban nada con el cruce del MV Wakashio por sus aguas y ahora se les pide pagar el precio de este desastre. Más polución, más riesgos para su economía basada en el turismo y para su seguridad alimentaria basada en el pescado», recalcó Khambule.
«Esconder el problema no va a resolverlo», señaló en el mismo mensaje su homólogo de Greenpeace Japón, Ayako Sekine, quien sostiene que se está adoptando un «truco típico» de la industria del combustible: «Enterrar los problemas y esperar que el mundo siga adelante».
En declaraciones a Efe, Mokshanand Sunil Dowarkasing, asesor ambiental en Mauricio, confirmó que el Gobierno «ya ha empezado la operación» de arrastre del granelero y subrayó que la idea no es «absoluto» acertada por los riesgos que implica.
Todavía se desconoce si este accidente, que ya constituye el peor desastre ecológico en la historia de Mauricio, se debió a un fallo mecánico o a un error humano, dada la cercanía a la costa con que navegaba esta embarcación de unos 300 metros de eslora.
En el momento del accidente, el MV Wakashio, que viajaba de China rumbo a Brasil, no transportaba carga, pero se estima que aún llevaba más de 200 toneladas de diésel y 3.800 de fuel para consumo propio.
El barco se partió por la mitad el pasado fin de semana y la parte trasera del buque permanece aún encallada ante las costas y alberga 30 metros cúbicos de combustible que deben ser extraídos cuando las condiciones lo permitan.
Este martes, la Policía de Mauricio detuvo al ciudadano indio Sunil Kumar Nandeshwar, capitán del barco siniestrado, y a su segundo, el esrilanqués Tilakara Ratna Suboda, acusados de «poner en peligro una navegación segura».
La zona ahora abnegada de petróleo es una región de arrecifes de coral -que llevaban unos quince años rehabilitándose-, así como un área rica en diversidad marina y terrestre, con importantes reservas naturales a pocos kilómetros.
Este desastre medioambiental representa un duro golpe para la economía de Mauricio, isla de poco más de un millón de habitantes situada en el océano Índico al este de Madagascar y muy dependiente del turismo.