La coalición internacional liderada por Estados Unidos que lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Irak entregó este domingo a las fuerzas iraquíes la base de Taji, situada unos 30 kilómetros al norte de Bagdad, la octava instalación que abandona en lo que va de año.

“El traspaso es el resultado del éxito de las fuerzas de seguridad iraquíes en la campaña para derrotar al Estado Islámico”, indicó la coalición en un comunicado.

“A partir de hoy, las fuerzas iraquíes asumirán completamente las instalaciones y los programas en Taji y seguirán empleando el lugar para liderar y ejecutar la formación como parte de la misión de derrotar a los remanentes del EI”, dijo en la ceremonia de entrega el subcomandante de las fuerzas internacionales, el general mayor Kenneth Ekman.

El portavoz de la Comandancia de Operaciones Conjuntas iraquíes, mayor general Tahsin al Khafaji dijo a Efe que «el trabajo sigue pero con una relación y forma nueva con la comunidad internacional».

En el comunicado, la coalición internacional indicó que junto con la base se transferían a su contraparte iraquí bienes y equipamiento por valor de 347 millones de dólares.

En ella, añadió, han estado destinados hasta 2.000 miembros de las fuerzas internacionales, incluido un batallón de helicópteros español, y han recibido entrenamiento más de 47.000 miembros del Ejército iraquí.

La coalición anunció en marzo que a lo largo del presente año se reubicaría y consolidaría personal y equipamiento de distintas bases en el país y ha entregado desde entonces a las fuerzas iraquíes ocho bases, todas en el oeste y centro de Irak.

La primera fue devuelta el 17 de marzo y la última hasta ahora, la de Besmayah, donde desarrollaron su misión las tropas españolas destinadas en Irak, encargadas de entrenar a efectivos locales, el 25 de julio.

La base aérea de Taji es uno de los campamentos militares más grandes de Irak y allí había personal de Estados Unidos Australia y Nueva Zelanda, en tareas de entrenamiento.

Durante los primeros meses de este año, tras una escalada de la tensión entre Estados Unidos e Irán a principios de año por el asesinato del comandante iraní Qasem Soleimaní en un bombardeo selectivo estadounidense en Bagdad, se produjeron varios ataques con cohetes contra Taji y en otras bases.