El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue confirmado este lunes formalmente como candidato republicano a las elecciones del próximo 3 de noviembre en una convención reducida pero presencial, ante la que jaleó «el entusiasmo de su base», mucho mayor que «cuatro años atrás».
«Sentía una obligación de venir a Carolina del Norte», dijo Trump ante los delegados del partido reunidos en el Centro de Convenciones de la ciudad de Charlotte (Carolina del Norte), donde comenzó este lunes el evento.
Como la demócrata la semana pasada, la convención republicana también será mayoritariamente virtual, pero al contrario que ese evento, el cónclave de los conservadores se ha organizado a toda prisa, en menos de un mes, desde que Trump se rindió en su plan de celebrar un gran espectáculo en persona en Jacksonville (Florida) por la pandemia del coronavirus.
El encuentro en Charlotte congregó a 336 delegados (seis por cada estado y territorio), frente a los 2.550 habituales, con el objetivo de evitar congregaciones masivas, y quienes votaron de manera unánime a favor del magnate inmobiliario neoyorquino.
Este respaldo inquebrantable ha roto con otras de las tradiciones de las convenciones: la elaboración de una plataforma con las bases programática del partido y que en esta ocasión se ha obviado, dejando paradójicamente vigente la de 2016.
ENTUSIASMO DE LA BASE
Trump, quien ha pasado de un polémico escepticismo ante la enfermedad en los primeros meses a llevar mascarilla, tiene previsto participar en las cuatro jornadas de la convención, que culminará el jueves con su discurso formal de aceptación de la candidatura.
«Tenemos la mayor base de apoyo no vista nunca y en ningún lugar -recalcó – Contamos con mucho más entusiasmo que hace cuatro años».
Ante los cánticos de «cuatro años más», en referencia a su posible segundo mandato, el mandatario replicó con ironía: «Si quieren volverlos locos de verdad (a los demócratas), digan 12 años más».
Poco antes, se había confirmado Mike Pence, actual vicepresidente, como candidato a renovar el cargo.
Trump insistió en sus llamados, sin evidencia alguna, a un posible manipulación electoral y reiteró: «la única manera de que nos ganen la elección, es si hay un fraude».
Asimismo, persistió en su caracterización de su rival demócrata, Joe Biden, como un aspirante «endeble» en manos «de la izquierda radical».
CONTRASTE CON LA «IZQUIERDA RADICAL» DEMÓCRATA
«Espero que se hayan dado cuenta de la diferencia entre las convenciones republicanas y demócrata. Nuestros candidatos aparecieron», exclamó el legislador Kevin McCarthy, líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes.
Los republicanos buscan subrayar los contrastes entre ambos partidos para contrarrestar la moderación marcada por el aspirante demócrata, Joe Biden, quien se impuso al ala más izquierdista marcada por el senador Bernie Sanders.
Si la convención demócrata dio prioridad a los grandes nombres del partido -incluidos todos sus expresidentes-, la republicana pondrá menos énfasis en los estadistas y más en el círculo cercano a al actual presidente, con espacio para estrellas conservadoras de internet y políticos emergentes.
FAMILIA Y NÚCLEO DURO
Entre los oradores figuran, la exembajadora ante Naciones Unidas, Nikki Halley; el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell; y los senadores Joni Ernst y Tom Cotton.
No contará, sin embargo, con el único expresidente republicano vivo, George W. Bush (2001-2009).
Sí que intervendrá desde Oriente Medio, donde se encuentra de viaje de trabajo, el actual secretario de Estado, Mike Pompeo.
Trump aceptará la nominación para ser reelegido en un discurso que pronunciará en directo el jueves 27 desde la Casa Blanca, un escenario cuya elección ha generado algunas críticas, dado que se supone que los presidentes no deben usar la residencia oficial o edificios federales para actos de campaña.
El vicepresidente Pence dará el suyo un día antes, el miércoles 26, desde otra instalación del Gobierno federal, el fuerte McHenry en Baltimore (Maryland), conocido por ser la sede de una batalla que en 1812 inspiró la composición del himno nacional de Estados Unidos.
La estrella del martes será la primera dama, Melania Trump, mientras que los cuatro hijos mayores del mandatario -Ivanka, Donald Jr., Eric y Tiffany- también planean hablar en algún momento de la convención, según fuentes de la campaña.