Las tensiones territoriales y energéticas entre Grecia y Turquía siguen este jueves en un tono elevado y mientras el Gobierno de Atenas urge a la Unión Europea (UE) a aplicar sanciones al país vecino y mantiene maniobras marítimas en el Mediterráneo oriental, Ankara ha anunciado que su buque sísmico continuará explorando en busca de gas y petróleo.

Coincidiendo con la reunión en Berlín de los ministros de Exteriores de la UE, en la que esta crisis es uno de los temas principales, los eternos rivales del Mediterráneo oriental continuaban el juego del gato y el ratón.

CRUCES DE MANIOBRAS NAVALES

Turquía emitió hoy un nuevo aviso a navegantes de que los próximos día 1 y 2 de septiembre llevará a cabo maniobras militares con fuego real en una zona marítima entre el norte de Chipre y el sur de Creta, en respuesta a los ejercicios que están llevando a cabo desde ayer Grecia, Chipre, Francia e Italia, precedidos por otros con Estados Unidos.

Además anunció que prolongará hasta el día 1 las prospecciones del buque sísmico turco Oruc Reis, que explora desde hace dos semanas una vasta superficie marítima entre Creta y Chipre.

Siguiendo el pulso de los últimos días Grecia respondió con otro aviso en el que señala que ambas operaciones turcas son «ilegales», porque están dentro de la jurisdicción del servicio hidrográfico heleno y se superponen a la plataforma continental griega.

La salida del buque representó en su momento uno de los picos de esta época especialmente tensa y puso a las Fuerzas Armadas helenas en máxima alerta.

GRECIA ESPERA UNA RESPUESTA INTERNACIONAL CONTUNDENTE

Mientras, en Berlín, el ministro de Exteriores griego, Nikos Dendias, pidió hoy en una reunión con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que la Organización endurezca su respuesta a Turquía y no «tolere» las acciones turcas contra otro socio.

Dendias hizo hincapié en que las operaciones de Turquía en el Mediterráneo oriental debilitan la cohesión y la eficacia de la Alianza, mientras Stoltenberg hizo un nuevo llamamiento al diálogo entre ambas naciones vecinas.

«Me dirijo a Grecia y Turquía. Mi mensaje es el siguiente: la crisis debe resolverse» respetando el derecho internacional, advirtió Stoltenberg, quien afirmó que «el diálogo y la distensión es del interés de todos».

Con ello Stoltenberg se sumó a la llamada a la calma expresada esta misma semana por el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, durante su visita relámpago a Atenas y Ankara. Hasta ahora con poco éxito, ni en Grecia ni en Turquía.

Atenas ha dejado claro que espera que la UE acuerde en su reunión de hoy y mañana en Berlín un catálogo de posibles sanciones para el caso de que Turquía no cese las provocaciones.

Mientras hay países, con Austria a la cabeza, que consideran que la UE debe solidarizarse de forma más clara con Grecia e incluso retirar a Turquía el estatus de país candidato a ingresar en la Unión, otros, como Alemania, abogan por continuar los esfuerzos diplomáticos, preocupados por cuestiones como el pacto migratorio que cerró la ruta de los Balcanes a los refugiados sirios.