Un tribunal de apelaciones de Nueva York aceptó este martes una petición de los abogados del presidente Donald Trump para retrasar temporalmente la entrega de sus declaraciones de impuestos en un caso dirigido por el fiscal del distrito de Manhattan, Cyrus Vance, y relacionado con los pagos secretos de su campaña electoral a una actriz porno.
Un panel de tres jueces decidió emitir una orden favorable para Trump, que intenta bloquear el acceso de la Fiscalía a sus declaraciones de impuestos de casi una década en un litigio que se alarga ya un año y en el que el Tribunal Supremo de EE.UU. rechazó la idea de que el mandatario goce de inmunidad absoluta mientras ocupa su cargo.
En un breve documento, la corte de apelaciones del Segundo Circuito concedió este martes la petición de retraso temporal a la defensa del presidente y fijó como fecha para la próxima audiencia el 25 de septiembre.
La Fiscalía requirió a la empresa que llevaba la contabilidad de Trump, Mazars, que le entregara la información fiscal del presidente como parte de una investigación sobre si los pagos secretos de la campaña del ahora presidente a la actriz porno Stormy Daniels violaron la legislación estatal.
Supuestamente, con ese dinero se buscó pagar el silencio de la actriz sobre una presunta relación sexual que mantuvo hace años con Trump, algo que él siempre ha negado.
No obstante, la Fiscalía apuntó en documentos judiciales recientes que su pesquisa es más amplia, al citar entre otras cosas «supuestos fraudes de seguros y bancarios» por parte de la empresa de Trump.
El pasado 20 de agosto, el juez federal Victor Marrero se posicionó a favor del fiscal Vance para que la firma Mazars entregara las declaraciones de impuestos de Trump y dijo que los planteamientos de su defensa para no responder a la citación de las autoridades buscan una «inmunidad absoluta por la puerta trasera».
Tras recurrir esa decisión, Trump ha ganado algo más de tiempo hasta el próximo 25 de septiembre, en el que sus abogados están llamados a argumentar por qué deberían seguir siendo privados unos documentos fiscales que el resto de mandatarios modernos en EE.UU. sí accedieron a revelar y que él mismo prometió mostrar antes de ser elegido presidente.