Estados Unidos llegó este jueves a 191.727 muertes y a 6.395.603 casos confirmados de COVID-19, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.

Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del viernes) es de 37.356 contagios más que el miércoles y de 1.000 nuevas muertes.

Pese a que Nueva York ya no es el estado con un mayor número de contagios, sí sigue como el más golpeado en cuanto a muertos en Estados Unidos con 33.019, más que en toda Francia o España.

Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.741 personas por la enfermedad, según el recuento de las autoridades locales.

A Nueva York le siguen en número de fallecidos -de acuerdo con el mapa de Johns Hopkins- la vecina Nueva Jersey (16.014), California (14.028), Texas (13.930) y Florida (12.326).

Otros estados con un gran número de muertos son Massachusetts (9.166), Illinois (8.461), Pensilvania (7.807) y Michigan (6.894).

En cuanto a contagios, California lidera la lista con 749.467 y le siguen Texas con 669.523, Florida con 654.731 y Nueva York con 441.911.

El balance provisional de fallecidos -191.727- supera con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.

El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y 60.000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.

Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre Estados Unidos habrá superado los 258.000 fallecidos y para el 31 de diciembre los 400.000.