Las autoridades australianas han alertado del peligro para la navegación que suponen las 380 ballenas piloto muertas en la costa oeste de Tasmania, mientras que se preparan este viernes para deshacerse de los cadáveres.

Alertamos a los marineros que los cadáveres de ballena en la bahía de Macquarie pueden ser arrastrados por la corriente y el viento y pueden crear peligro para la navegación», indicó en su página de Facebook la agencia de seguridad marina de Tasmania, una isla-estado en el sur de Australia.

Las autoridades barajan varias formas de deshacerse del gran número de cadáveres de estas ballenas piloto de aleta larga («Globicephala melas»), que pueden llega a medir unos 6,7 metros y pesar 2,5 toneladas, aunque la opción más viable parece llevarlos a alta mar.

Los mayores problemas son el riesgo que pueden presentar para la navegación y que también atraen a depredadores como tiburones, lo que supone un peligro para las personas.

Tras días de trabajo intenso, los equipos de rescate trabajan contra reloj para salvar a una veintena de ballenas vivas de las 488 que quedaron atrapadas en la arena en Macquarie, el mayor varamiento registrado en Australia.

  • Según los datos de las autoridades, un total de 88 ballenas han sido rescatadas, principalmente arrastrándolas hacia aguas más profundas con lanchas.