En su propósito de advertir sobre riesgos a la salud que pudieran representar ciertos productos, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda consumir alimentos con colorantes naturales, porque entre más industrializados los productos contienen más químicos.
Señala un comunicado que como el color es una característica que se evalúa al elegir o consumir un alimento, es conveniente saber que los colorantes son sustancias de procedencia química elaboradas en un laboratorio que se usan en la industria alimentaria para aumentar o dar color a los alimentos.
Un artículo de la Revista del Consumidor, publicado en su número 524 de octubre, explica que hay colorantes artificiales que se diferencian por el color que dan a los productos, los alimentos en los que pueden usarse y factores como si son transparentes y opacos.
La publicación de la Profeco, que encabeza Ricardo Sheffield Padilla, señala que puede haber estudios que digan que éstos producen hiperactividad por su ingesta constante, alergias de leves a graves o asma, entre otras reacciones; incluso declaraciones tajantes de que algunos de ellos no deben ser para consumo humano.
Las empresas que los utilizan dirán que al estar permitidos no causan ningún daño. Hay que hacer notar, en ese sentido, que cada país tiene sus propios lineamientos en cuanto a cuáles colorantes, como aditivo alimentario, están permitidos y cuáles no.
En México, corresponde a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) regular su uso. A nivel mundial, un comité de expertos de las organizaciones de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y Mundial de la Salud (OMS) se encarga de determinar la cantidad de aditivo alimentario expresado en miligramos por kilo de peso corporal que puede consumirse al día sin que represente un riesgo para la salud.