Actualmente en México no existen los elementos suficientes para que las personas con discapacidad múltiple tengan acceso a la infraestructura y los equipamientos necesarios en espacios públicos y mucho menos, en privados, de acuerdo con la Asociación Mexicana Anne Sullivan (ASOMAS). Ello implica, quienes padezcan alguna combinación de deficiencias (visual, auditiva, motriz e intelectual) en diferentes grados y combinaciones gozan un grado de participación menor en la sociedad debido a que el contexto estructural carece de adaptaciones especiales.
En un comunicado compartido con el equipo de NotiPress, Isabel Galíndez, directora general de ASOMAS, señaló: «Cuando nos referimos a las personas con discapacidad múltiple es más complicado pues sus derechos a la inclusión están aún más limitados y requieren de mayor apoyo por parte de factores como el medio en el que se desarrollan, creación de obras por parte de las autoridades que tengan una visión más amplia en este sentido».
Un ejemplo de esta falta de apoyo estructural radica en la falta de información demográfica con respecto a este grupo población vulnerable, ya que no existe en México un recuento estadístico pormenorizado y exacto sobre el número de personas con discapacidad múltiple. Sin embargo, en 2018, el Consejo Nacional para la Inclusión y el Desarrollo de las Personas con Discapacidad (CONADIS) identificó 466,178 personas con sordoceguera en el país, de las cuales el 78% tienen más de 60 años. Un dato actualizado al año 2019 arroja un aumento a 510,000 personas con este padecimiento, aproximadamente.
Aunado a esto, un informe de la CNDH publicado en 2018 halló, la mayor parte de las entidades federativas de México no cuentan con datos acerca de las personas con discapacidad en albergues, orfanatos, casas hogar, reclusorios. Ello imposibilita determinar los avances en materia de atención a los Derechos Humanos de personas con discapacidad y evaluar las políticas públicas que se hayan implementado para lograr su inclusión en la comunidad. El problema se complica fuera de las ciudades. ASOMAS, institución sin fines de lucro dedicada a atender a niños y jóvenes con sordoceguera y/o discapacidad múltiple, detalló en el Foro sobre personas con dispacidad múltiple-sordoceguera y sus familias que la población rural se encuentra sujeta a vulnerabilidades particulares dado la falta de acceso a atención especializada en áreas con bajo desarrollo económico.
Pese a que en 2011 fue aprobada la Ley de Inclusión de personas con discapacidad con el objetivo habilitar entornos públicos como medios de transporte y tecnologías de la información y comunicación según las necesidades de todas las personas sin importar su condición, la misma no asegura la totalidad de requerimientos que necesita una persona con discapacidad múltiple. Por ejemplo, existen graves déficits en el acceso a sillas de ruedas o andaderas, en la adopción del sistema de lectura Braille, lengua de señas y otros sistemas alternativos de señalización y comunicación, así como la construcción de calles, avenidas y rampas adecuadas en las vías.
«El derecho a ser incluido en la comunidad todavía no es una realidad para muchas personas con discapacidad múltiple y sordoceguera en México, para quienes no existen servicios de asistencia domiciliaria, residencial o asistentes personales que les permitan participar activamente en la comunidad, como se puede gozar de este beneficio en otros países, que se ha trabajado y se ha luchado para obtener este apoyo de parte del Estado» puntualizó Galíndez de ASOMAS.
Raúl Gutiérrez, coordinador de proyectos en ASOMAS subraya, ante este panorama desconocido e ignorado por autoridades y sociedad civil de México, es importante integrar y sumar a la sociedad a todas las personas con discapacidad múltiple y/o sordoceguera por medio de mayores inversiones y atención a una infraestructura incluyente que garantice el acceso a la atención que necesitan, además tomar en cuenta a sus familias, quienes también sufren alguna afectación por tener alguien cercano con esta limitante.